Diario de León

María Soledad Medina Martos | Jefa del Servicio de Rehabilitación del Caule

«Para el covid nos han servido las terapias que ya conocíamos»

jesús f. salvadores

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León

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Toda la sociedad ha sido golpeada y los planes trastocados por la pandemia. El Servicio de Rehabilitación del Caule se acababa de reorganizar en unidades específicas el 12 de marzo de 2020. A los dos días tuvieron que pararlo por el decreto de estado de alarma del 14 de marzo. Era sábado. A golpe de teléfono, la jefa del servicio, María Soledad Medina Martos, y la supervisora de Fisioterapia, Mónica Vara, descitaron a 116 pacientes en consulta y 577 a tratamiento.. «Han sido momentos muy duros y muy tristes por todo lo que estaba pasando y por tener que abandonar el Servicio de Rehabilitación en dos ocasiones, pero he sacado en conclusión que somos un equipo, que todos y cada uno de los profesionales somos importantes», subraya.

—¿Cómo se reorganizaron ante la pandemia?

—En esta primera ola del covid-19 la sala de electroterapia se convierte en zona de cribado de urgencias con 18 boxes porque tienen tomas de oxígeno. También quedan a disposición del Servicio de Urgencias todas las consultas médicas de Rehabilitación, al igual que la sala de Terapia Ocupacional y las dos salas de Logopedia quedan como almacén del material de eletroterapia. La sala de Fisioterapia (Gimnasio) se preparó con 29 camas, aunque finalmente no fueron necesarias.

—¿El equipo cómo trabajó?

—El equipo se reorganiza y es distribuido en distintos espacios: 6 médicos y tcae pasaron a equipos covid; dos enfermeras fueron dedicadas a pruebas PCR, dos médicos rehabilitadores fueron destinados a Salud Laboral (sigue uno) y cuatro médicos rehabilitadores, incluida yo y un residente de primer año, nos desplazamos a las consultas de Cirugía General para hacer consultas telefónicas, revisión de listas de espera y estudio de protocolos. La supervisora de Fisioterapia, Mónica Vara, también se ubica en Cirugía Geeneral para contactar con los pacientes que vieron interrumpido su tratamiento. Ha sido un pilar fundamental en la gestión de la pandemia. El resto del equipo (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, tcaes) permanecieron localizables hasta que el 14 de abril empezamos con el primer tratamiento a un paciente covid. En junio se reinicia la actividad ‘normal’ en consultas y tratamientos y los médicos empiezan a desplazarse a los nueve centros de salud que tienen Unidad de Fisioterapia: Armunia, Astorga, Benavides de Örbigo, La Bañeza, Cistierna, Valencia de Don Juan, Santa María del Páramo y Trobajo del Camino.

—¿En la segunda ola fue igual?

—El 6 de octubre, ante el incremento de pacientes covid, se vuelve a desocupar la sala de electroterapia, terapia ocupacional, logopedia, todas las consultas médicas y la secretaría del servicio. Después de un peregrinaje por parte de los médicos en diferentes consultas del hospital se decide habilitar consultas de Rehabilitación en el Hospital Monte San Isidro, aunque siempre hay uno o dos médicos rehabilitadores en el hospital para consultas a pacientes ingresados, de covid y no covid. La sala de electroterapia ya está libre pero no hemos planeado aún el regreso por el miedo a un nuevo rebrote después de Navidad.

—¿Cómo se planteó la terapia de rehabilitación a pacientes covid?

—Se trataba de una enfermedad desconocida, pacientes muy fatigados y que desaturaban fácilmente. Como por querer hacer no se puede perjudicar, lo primero que se vigilaba de manera estricta era que el paciente cumpliera unos criterios de estabilidad clínica (frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, temperatura axilar, presión arterial sistólica, saturación de oxígeno y nivel de conciencia adecuado). El paciente covid, igual que cualquier paciente, precisa terapias individualizadas, máxime en una enfermedad que ha tenido manifestaciones clínicas muy diferentes de unos pacientes a otros.

—¿En qué aspectos incide la rehabilitación de estas personas?

—En términos generales se realizan ejercicios respiratorios para recuperar la función pulmonar (reeducación del patrón respiratorio, mejorar la movilidad del tórax mediante expansiones costales, enseñar técnicas de drenaje y manejo de secreciones). Iniciamos cuidados posturales adecuados en cama, movilizaciones pasivas, activo-asistidas o libres e incluso con pequeña resistencia, según el estadio evolutivo del paciente y la capacidad física del mismo. Progresivamente, pasan de decúbito a sedestación, bipedestación, marcha... posteriormente se dan pautas de entrenamiento para el domicilio. Ha habido pacientes que han precisado tratamiento de terapia ocupacional y/o logopedia, según el tipo de patología predominante.

—¿Qué perfil tienen los pacientes?

—Hemos recibido pacientes que han superado la fase crítica con constantes estables. En el paciente afecto de covid, aparte de neumonía grave, que han tenido la mayoría, hemos encontrado múltiples patologías que precisan tratamientos muy individualizados: Accidentes cerebro-vasculares agudos con hemiplejias y afasia; amputaciones que han precisado protetización posterior, lesiones de nervios periféricos (nervio ciático proplíteo externo con ferulización...). Lo más frecuente ha sido la polineuropatía y/o miopatía esteroidea y síndrome de deshabituamiento por encamamiento prolongado.

—¿Cuántas personas han precisado rehabilitación?

—Sumando la primera y segunda ola se han tratado 73.

—¿La rehabilitación termina en el hospital?

—Una vez dados de alta, si el paciente tiene que continuar lo realiza en régimen ambulatorio. Hemos utilizado también la rehabilitación domiciliaria, que está concertada y en estos momentos ha sido de gran utilidad. El paciente se ha ido perfectamente instruido por parte del fisioterapeuta, terapeuta y/o logopeda del tratamiento que debe seguir.

—¿Se han implantado métodos o terapias nuevas?

—Al iniciarse la pandemia y con el desconocimiento de no saber a lo que nos enfrentábamos (poco familiarizados con las medidas higiénicas, mascarillas, epi..) pensábamos que tendríamos que realizar terapias novedosas. La realidad es que el paciente necesita una valoración individual con un tratamiento específico, como cualquier otro que llega al Servicio de Rehabilitación. Los síntomas que presentan desde el punto de vista del aparato neuromuscular y respiratorio ya eran conocidos por los profesionales. El reto fue proteger al personal por el estrecho contacto con el paciente y la alta generación de aerosoles de nuestras terapias.

—¿Cómo ha repercutido en la actividad del servicio? ¿Ha generado lista de espera?

—Lógicamente ha incidido. El servicio ha interrumpido dos veces su actividad de manera brusca. Estamos recuperando consultas anuladas telefónicamente, con prioridad a patologías urgentes y preferentes: intervenciones quirúrgicas, fracturas, patología neurológica aguda... Las menos urgentes han quedado retrasadas. Aunque entiendo que para el paciente la patología más importante es la suya, debemos asumir todos como sociedad el gran varapalo que ha supuesto para nuestra sanidad esta pandemia y ser más tolerantes en la aceptación de estas demoras. Los médicos han estado en equipos covid, salud laboral y confinados a veces por la pandemia. Hemos perdido un especialista por traslado a Santander y otro sigue en Salud Laboral. Los tratamientos de electroterapia se tuvieron que anular debido a la ocupación de esta sala. El servicio se reorganiza diariamente. La lista de espera de primeras consultas ha aumentado por la anulación de consultas en los primeros meses, pero la de tratamientos ha disminuido por el parón de la actividad quirúrgica y por el cribado telefónico que hicimos durante la primera ola. También se han instaurado tratamientos a días alternos para aumentar el número.

—¿Qué ha descubierto el Servicio de Rehabilitación en esta pandemia?

—Yo creo que es lo que los profesionales de Rehabilitación ya sabíamos pero que probablemente no hemos sabido dar a conocer a la población en general. Se trata de una especialidad multidisciplinar que integra a gran número de profesionales, los cuales juegan un rol muy importante y deben actuar al unísono. Tratamos pacientes con numerosas patologías: traumática, reumática, neurológica (central y periférico, infantil y adultos), cardiorrespiratorio, linfedemas, desviaciones de columna, deformidades ostearticulares, amputaciones... Hemos descubierto la importancia de trabajar en equipo y el implicar a los pacientes en los tratamientos. Hacerles entender que la rehabilitación no acaba cuando uno es dado de alta del servicio sino que sale instruido y debe cumplir con las indicaciones dadas por los profesionales, desde normas de higiene articular a realización de ejercicios, colocación y mantenimiento de ortesis o prótesis, correcto posicionamiento en silla de ruedas... Contamos con un buen equipo que tiene inquietudes, que quiere trabajar y hacerlo bien. Es un equipo joven por lo cual está familiarizado con nuevas técnicas y dispuesto a aprender. Es capaz de adaptarse a las circunstancias nuevas y resolverlas.

—¿Cómo ha repercutido el traslado a Monte San Isidro?

—Es un inconveniente pero era necesario en este momento para no interrumpir las consultas que actualmente se están realizando al 100% presenciales pues tenemos una demanda asistencial importante. No obstante tenemos comunicación con el resto de profesionales pues todos los días de manera alterna los médicos pasamos por el Servicio de Rehabilitación del Caule y nos comunicamos con ellos. Además, pensamos volver rápida y definitivamente a nuestra ubicación de tal forma que la colaboración será más fluida.

—¿Qué novedades se han introducido en el servicio?

—Como decía al inicio está la distribución del servicio por unidades de especialización y mantener y potenciar las ya existentes. Tenemos la Unidad de Linfedema, Unidad de Cardiorrespiratoria, Unidad de Mano. Unidad de Neurológicos infantil en colaboración con Neuropediatría, Unidad de Neurológicos Adultos (central y periférico), Unidad de Intervencionismo, Unidad de Toxina Botulínica. También está la Unidad General (aparato locomotor, desviaciones de columna, reumatología, prestaciones ortopédicas…) en la cual están implicados todos los especialistas. Como técnicas novedosas se realizan: infiltraciones ecoguiadas de corticoides con anestésico, ácido hialurónico, toxina botulínica; vendajes neuromusculares y vendajes funcionales; tratamiento de disfagia en logopedia; tratamientos con ondas de choque. Hemos establecido contacto con Servicios Sociales, trabajadoras sociales del Caule, Centro de Atención Temprana, con el cual se mantienen reuniones periódicas para hablar de niños con patología. CRE (Centro Referencia Estatal de discapacidad y dependencia ).

—¿Cuántos procesos de rehabilitación se llevan a cabo al año? ¿Qué patologías se atienden con más frecuencia?

—Los datos de este año no reflejan la actividad del servicio por las especiales circunstancias. En 2019 se realizaron 9.364 primeras consultas y este año (sin contar diciembre) se han realizado 4.829. De segundas consultas, en 2019, 15.399 y este año 9.134. En 2019 se realizaron 331.476 sesiones (englobando cinesiterapia, electroterapia, TO, logopedia) y en 2020 el número ha descendido a 149.285 sesiones. La sala de electroterapia ha estado cerrada durante ambas olas de esta pandemia y el tratamiento se está realizando con todas las normas de seguridad (distancia social, limpieza exhaustiva del puesto de trabajo entre paciente y paciente…).

Necesitamos la colaboración de los usuarios y que sean conscientes del esfuerzo que esto supone y por lo cual se incrementa la espera. Los procesos más frecuentes que se atienden en este servicio son procesos derivados de aparato locomotor (fracturas, luxaciones,cirugía traumática: prótesis rodilla, cadera, cirugía de mano, hombro, algias vertebrales, reumatismos…desviaciones de columna vertebral y patología Neurológica tanto infantil como adultos.

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