El 25% de las mujeres opta por anticonceptivos irreversibles
Una cuarta parte de las mujeres entre 35 y 49 años recurren a métodos anticonceptivos irreversibles, como es el caso de la ligadura de trompas o la vasectomía de la pareja. Una encuesta realizada entre más de 800 mujeres revela que la comodidad y la seguridad son los dos factores que predisponen a optar por medidas sin vuelta atrás, algo que extraña a los ginecólogos. Un sondeo realizado por el Grupo Madrileño para el Estudio de la Menopausia concluye que un 43% de las mujeres que emplea métodos anticonceptivos irreversibles lo hace por la seguridad que comportan. Un 23% recurre a estas soluciones por iniciativa propia y un 13% por consejo del médico. El fenómeno ya era conocido por los expertos. Una encuesta patrocinada por los laboratorios Schering en 2001 constataba que el éxito de los medios de infertilidad definitivos crecía conforme avanzaba la edad. Así, la ligadura de trompas y la vasectomía era elegida por un 21,2% de las españolas de 35 a 39 años; por un 25,6% de las de 40 a 44 años, y por un 27% de las que tenían entre 45 y 49 años. A pesar de que tales métodos anulan a imposibilidad de futuros embarazos, tan sólo un 7% no deseaba tener más hijos. De ahí que no sea extraño que un 41% pensara que el principal inconveniente de los medios irreversibles era la posibilidad del arrepentimiento. La intervención quirúrgica que comportan ambas opciones era vista con desagrado por un 11% de los consultados. Cambio de pareja Sin embargo, el cambio de pareja acrecienta el deseo de tener hijos de nuevo, eventualidad de imposible satisfacción en las mujeres que se han acogido a métodos de anticoncepción que no tienen vuelta de hoja. Por ello, los expertos desaconsejan soluciones radicales, ya que existen opciones reversibles con la misma eficacia y seguridad. El embarazo no deseado, según los especialistas, no es privativo sólo de adolescentes, sino que también se produce en mujeres adultas. Entre los métodos anticonceptivos que defendió Palacios figura un nuevo dispositivo intrauterino que libera una hormona (levonorgestrel). Como ventaja añadida está que reduce el sangrado menstrual excesivo durante la menstruación, pero presenta un inconveniente nada desdeñable: en ocasiones elimina la menstruación, algo que la mitad de las encuestadas considera negativo y nada natural. Para el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Santa Crsitina de Madrid, Javier Haya, la desaparición de la menstruación no es un problema de salud. Es más, su pérdida evita el déficit de hierro, que conduce a las anemias, aseveró.