Culebrón contra el sida

Corazón y alma no será, sin embargo, una telenovela melosa con mujeres bellas y enredos amorosos, al estilo de las latinoamericanas, sino que intentará reflejas con toda crudeza el drama del sida. También hará referencia a temas como la reducción de la pobreza, la protección del medio ambiente, la discriminación de las mujeres y el respeto a los derechos humanos. La serie contará con el apoyo de veinticuatro agencias de la ONU y de otras organizaciones, incluidas el Banco Mundial y la BBC. Corazón y alma, según recoge la propia BBC, tomará como modelo un culebrón sudafricano, Ciudad sin alma, que se transmite desde 1962. El 95% de las personas que ha seguido este programa señalaron en una encuesta que habían aprendido cosas sobre el sida que desconocían y, en especial los jóvenes, manifestaron que les había ayudado para conocer cómo evitar la transmisión de esta enfermedad. Corazón y alma, que el secretario general de la ONU, Koffi Annan, calificó como una «excelente empresa», se promocionará coincidiendo con el Mundial de Fútbol. Para ello se han presentado programas de tres minutos de duración sobre las peripecias de Noé Meli, patriarca de las familias que protagonizan la telenovela, y que se está muriendo de sida, pero que se niega a admitirlo. La serie comenzará en julio con el funeral de Noé y, para aumentar el interés de la audiencia, los productores pondrán obituarios en periódicos africanos de gran tirada. Todo para acabar con una plaga que azota al continente africano y está diezmando a la mayor parte de sus países. Lo pone en evidencia todos los estudios que maneja la ONU. Como el último, sobre Kenia, que refleja que la difícil situación económica en Kenia, combinada con los dramáticos efectos de la epidemia de sida en la zona, ha provocado una situación de pobreza sin precedentes entre los kenianos, lo que a su vez ha provocado un gran incremento del trabajo infantil, según un nuevo estudio gubernamental sobre la materia citado por activistas por los derechos de los niños. Este informe, sobre la situación del trabajo infantil entre 1998 y 1999, señala que muchos niños en Kenia trabajan, a menudo en condiciones peligrosas, a pesar de las disposiciones legales y los programas de intervención puestos en marcha para evitar el trabajo infantil. Este documento de 92 páginas expone los resultados de una encuesta sobre el estado del trabajo infantil llevada a cabo por la Oficina Central de Estadísticas del Ministerio de Finanzas y Planificación, según las cuales el número de niños que trabajan en Kenia alcanza los 1,3 millones. La realización de esta encuesta fue respaldada económicamente por el Programa para la Eliminación del Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Phillista Onyango, que dirige una red africana para la prevención del abuso de los niños, señaló que este informe también confirma los descubrimientos preliminares de varias organizaciones sobre la «alarmante» extensión del trabajo infantil en Kenia. Los niños son usados como una fuente de trabajo barata y se les obliga a llevar pesadas cargas, especialmente en las granjas y en las canteras.