McCartney se casa de nuevo

Los ciudadanos de Glaslough fueron los primeros en descubrir el secreto, cuando unos 200 se acercaron el domingo más por curiosidad que por fe religiosa a la iglesia del Salvador del castillo de Leslie, en el condado irlandés de Monaghan. Allí encontraron signos inequívocos de que se acercaba un gran acontecimiento. El altar, los pasillos y bancos de la pequeña capilla donde Paul McCartney desposará a su novia Heather Mills hoy estaban decorados con lirios, rosas y tulipanes. «Se ve fantástico», dice el jubilado George Woods en el Daily Mail en su edición de ayer. Mientras que los numerosos fieles -en un domingo habitual son unos 25- fueron instados por el pastor a guardar el secreto, la propia pareja confirmó poco después la boda. El ex Beatle de 59 años y su futura segunda esposa, de 34, anunciaron además que rechazaron un contrato por 1,5 millones de libras (unos 2,2 millones de dólares) para vender de forma exclusiva las fotos a la revista Hello, e indicaron que sólo habrá una instantánea y que las ganancias se destinarán a ayudar a niños víctima de mutilaciones por minas antipersonales. La pareja llegó el domingo en helicóptero a la gran residencia ubicada al noroeste de Dublín, donde ayer saludaron brevemente a la población. Sin embargo, no pasarán juntos la noche antes de la ceremonia, porque según sus creencias ello trae «mala suerte». McCartney, que en pocos días cumple 60 años, quiere unir en la fiesta «lo informal y el sentimentalismo». «No quiere ninguna celebración grandiosa que luego se quede -como tantas bodas de famosos- sin alma», declaró un portavoz al Daily Telegraph.