La Asamblea de la Alimentación no aporta soluciones
Berlusconi cierra antes la cumbre de la FAO para ir a ver el partido
La segunda Cumbre Mundial de la Alimentación concluyó ayer en Roma reiterando el compromiso de reducir a la mitad el número de personas que padecen hambre para el año 2015, pero sin aportar sol
En el discurso de cierre, el presidente de la Cumbre y primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, estimó que la conferencia celebrada esta semana en Roma era «necesaria» y que de hecho ha sido «útil» para conseguir «un nuevo compromiso político de los países» en favor de la lucha contra el hambre, que padecen actualmente 815 millones de personas en todo el mundo. En este sentido, tras expresar su satisfacción por el elevado número de países representados -181, de los cuales 74 por sus jefes de Estado o de Gobierno-, Berlusconi recordó que actualmente el hambre es el problema más grave que sufre el planeta, junto con el terrorismo. «Ningún país debe quedar excluido de la economía global -añadió-, el derecho a la alimentación es el primero de todos». Por su parte, el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, advirtió que el establecimiento de un mundo equitativo «interesa a todos, ricos y pobres», y que por lo tanto debe comenzar de inmediato «la carrera contrarreloj» para cumplir los compromisos políticos. «Para demostrar que juntos ganaremos la guerra contra el hambre y la pobreza, contra el escepticismo y el egoísmo», añadió. La clausura de la cumbre se adelantó en dos horas con el fin de que Berlusconi pudiese ver el partido del Mundial de Fútbol que enfrenta a Italia con México. No obstante tuvo tiempo de celebrar una conferencia de prensa conjunta con Diouf, en la que el primer ministro apuntó que las ayudas de los países industrializados son insuficientes y que deberían elevarse hasta el 0,7% del Producto Interior Bruto. Asimismo, Berlusconi, quien posee la primera fortuna de Italia, apuntó que los Estados «deben estudiar la forma» de añadir a su asistencia la ayuda que envían los ciudadanos particulares mediante sus donaciones, y que cada mes su Gobierno lanzará campañas de recogida de fondos destinadas a proyectos concretos, como la construcción de escuelas u hospitales. Además, instó a los organismos internacionales de asistencia a «someterse a una cura» de reducción de gasto de funcionamiento, y en concreto propuso a la FAO que proceda a recortes internos del 30%. «Tenéis que adelgazar un poco», comentó en francés a Diouf, quien respondió que la FAO ya ha reducido todos sus efectivos. Los delegados de los países en vías de desarrollo han expresado ya su malestar con los poco resultados de la Cumbre.