Prioro, cruce de sendas

El tramo leonés del sendero de gran recorrido Ampurias-Finisterre (GR1) se inaugura hoy después de tres años de «empeño» por recuperar una de las «autopistas» de los caminantes que une Picos de Europa con el Mediterráneo y el Atlántico. El vocal de turismo de la Mancomunidad de Municipios de Riaño, Heriberto García Valbuena, subraya que el estreno oficial de la ruta coincide con la fiesta de la Trashumancia de Prioro para «reivindicar la importancia creciente del senderimos en el mundo rural» y lamenta que mientras Cataluña y el País Vasco «ya cuentan con miles de kilómetros homologados», en León será el primer tramo validado y el penúltimo que se señaliza. «Mientras se mantiene la lucha para que rutas antiquísimas no mueran (las cañadas reales), nacen otras en este mismo ámbito rural», destaca Valbuena, quien reivindica el senderismo como un recurso socioeconómico para los «pequeños pueblos de la montaña». «Han sido prácticamente tres años de empeño», añade, para conseguir la homologación oficial y ayudas económicas para su señalización, pero «finalmente, a los ojos del viajero, no dudamos que habrá merecido la pena». Esta ruta a pie, que se inicia a 1.590 metros de altitud en el collado de la Cruz Armada y culmina a 1.490 metros en el puerto de Tarna, consta de 62,5 kilómetros de recorrido por el territorio del Parque Regional de Picos de Europa. El rescate del sendero se debe a la colaboración de la Federación de Montañismo y Escalada de Castilla y León y en concreto al experto Ivo García Álvarez, quien desentrañó las huellas de la senda tras años de abandono y asesoró el año pasado a los operarios encargados de situar los 179 mojones que dibujan su discurrir por Valverde de la Sierra, Besande, Prioro, Tejerina, Remolina, Las Salas, Salamón, Ciguera, Lois, Acebedo y Maraña. La Mancomunidad de Municipios de Riaño ha editado 1.000 ejemplares de una guía del sendero. Cada etapa requiere entre tres y seis horas y media de caminata. Entre Valverde de la Sierra y Prioro hay 15 kilómetros que se pueden practicar en 5 horas, desde la vera del Espigüete hasta la capital de la trashumancia. La segunda etapa, de 15.4 km entre Prioro, Tejerina, La Remolina y Las Salas, se realiza en seis horas. Tras atravesar el cauce del Cea se llega por una pista al collado del Corral de los Lobos; en Tejerina el caminante disfrutará del frescor de una cascada y los ecos de la prehistoria. Una gran cantera no dejará dudas a los andarines de su llegada a Remolina y a través de los restos de una calzada romana del Esla penetra en Las Salas. Para la tercera etapa se propone un recorrido más suave, «un camino que discurre por un bosque de hayas y que desemboca en un terreno rocoso y agreste» hasta cubrir los 9,1 kilómetros que separan por esta senda Las Salas de Lois, donde una iglesia del siglo XVIII que da fama al lugar como «catedral de la Montaña» es uno de los emblemas del patrimonio histórico que también se puede disfrutar haciendo senderismo. El camino de la Llorada, que introduce al caminante en la antigüedad mostrando las viejas explotaciones de cinabrio, es de 10,9 km y se puede realizar en tres horas, según la guía. La última etapa descubre el valle de Maraña y la posibilidad de contemplar el macizo de Mampodre, de 2.192 metros de altitud. Es de 11,4 Km y el tiempo de desarrollo ronda las tres horas y 40 minutos.