En la ínsula Desbarataria

Ha cambiado el gobierno. Mentira. El equipo es el mismo, las reglas idénticas y la cancha ni te cuento. Sólo cambia la alineación. Los tuercebotas, al vestuario. Los exégetas de la política española y de la olla pública se han consumido en análisis y contemplaciones del reajuste. Páginas y páginas. Comentarios y editoriales sobre chácharas y tertulias. Articulones sesudos. Prospectiva política. Radios y papeles se preñan de noticia turbulenta. Horas y horas conjugando el jugadón y la corrida en el banquillo (azul). Vaya. Cual puede ser la tremenda importancia de estas remodelaciones es algo que se me escapa a la entendedera, porque parece que un cambio de firma de ministro en un decreto que seguirá siendo el mismo afecta en nada a la sustancia nacional, a la vida cotidiana y al zumo que sudan los que pierden siempre, los pobres de faltriquera y los peatones de menester. Digamos, en resumen, que como la política es un espectáculo, al igual que esta destelleante vida y sus negocios, lo que ha ocurrido es variación en el entretenimiento, baile de actores, pero el guión no cambia, chacho, no, el guión no puede cambiar, entre otras razones porque lo escriben o lo dictan desde lejos, por teléfono (el rojo no, que es el de las bombas talibanas). La comedia, o tragicomedia, es la misma: al final unos ríen, otros lloran y el ochenta por ciento de los espectadores salen aburridos de ver que esto del teatro no cambia en realidad desde Calderón. Otra cosa es el anecdotario. Aquí el morbo y la burla nacional hacen cosecha. Lucas, dicen, se llevó un berrinche sorpresudo y no lo sobrellevaba ni con bromas de seminarista. Lo suyo y lo de Posada han sido unos ministerius interruptus y de ellos dirán, como en el mal chiste, que tienen la virtud del támpax, que está en el mejor lugar, pero en el peor momento. Dicen que lo que hizo con ellos Aznar fue de compromiso y después de tenerles la intemerata en puertas guardando turno; a ver si este año. Era el compromiso del presidente con la selecta gente castellana que en nada incomodó al gobierno central y con la región que le catapultó al estrellato. Cierto que ha sido corto su periodo de gobernación en la ínsula Desbarataria, pero, compadre, ¿tú lo notaste en algo?