Diario de León

Las víctimas no cuentan, por el momento, con una normativa que les proteja ante la ley

Más de dos millones de españoles sufren acoso moral en el trabajo

El profesor Iñaki Piñuel, autor del libro «Mobbing: cómo sobrevivir al acoso moral en el trabajo» aseguró hoy que 2,3 millones de españoles de los más de 15 m

El libro del profesor, Iñaki Piñuel, sobre el acoso moral.

El libro del profesor, Iñaki Piñuel, sobre el acoso moral.

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Efe - COMPOSTELA.

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Este Foro, que se enmarca en los cursos de verano de la Universidad compostelana, fue inaugurado ayer por el conselleiro de Justicia de la Xunta, Antonio Pillado, quien consideró necesaria una definición «clara y precisa» del acoso moral en la Unión Europea, para garantizar la seguridad jurídica y las normas que sean necesarias para regular este comportamiento. Las víctimas de acoso moral no cuentan aún con una normativa legal que las proteja, pero recientemente, según destacó Piñuel, se ha dado un paso importante, con la aprobación unánime del Senado de instar al Gobierno a legislar contra esta práctica. También destacó que la práctica mayoría de los Parlamentos regionales han aprobado iniciativas para luchar contra el acoso moral, un mal que, añadió, «termina con la salud física y psicológica de las personas a las que afecta». Según el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, las víctimas de esta práctica suelen ser personas que se distinguen en su entorno laboral. Así, pueden ser trabajadores que destaquen por su brillantez profesional y «generan las envidias de los otros», o que se distingan en edad con el resto de sus compañeros, hayan pasado por una situación de enfermedad o supongan una minoría ante la mayoría dominante, señaló Piñuel, quien apuntó que en España la mayoría de las víctimas son mujeres que sufren el acoso laboral en un entorno de hombres. Mientras, los que «hostigan», añadió, son «psicópatas organizacionales o personalidades narcisistas», que se ven obligados a «eliminar» trabajadores que juzgan competitivos o «altamente peligrosos, porque deciden no participar en comportamientos fraudulentos, o incluso los denuncian».

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