Un exilio sentimental

«En el mundo hay millones de parejas que han ido forjando su relación a base de mucha voluntad y de pequeñas renuncias compartidas -escribe Lucía Etxebarría en su Beatriz y los cuerpos celestes-. Hay millones de seres que no exigen a la persona que está a su lado un cien por cien de su compatibilidad y de gustos comunes. Es el ansia de perfección la que asesina los afectos, la sed de absoluto, el miedo a la costumbre, la perenne nostalgia de imposibles, la negativa constante a aceptarnos como somos y a aceptar a los demás por lo que son...». Lucía Etxebarría nace en 1966 en Bermeo, Vizcaya. La séptima de siete hermanos, estudia en Valencia en un colegio de monjas y posteriormente se traslada a Madrid. Es licenciada en Periodismo y desde que se marchó de casa a los dieciocho años ha trabajado en multitud de cosas, desde «promocionera» de una casa de discos, hasta traductora; también colaboró con diversas publicaciones y viajó por medio mundo. En 1996 publica Aguanta esto, una biografía de Courtney Love, pero su primera novela, Amor, curiosidad, prozac y dudas, editada por Plaza y Janés. En 1998 publica su segunda novela, Beatriz y los cuerpos celestes, ganadora del Nadal. Sus obras han sido traducidas al alemán, francés, italiano, portugués y noruego. Las protagonistas de esta obra, que Diario de León entrega mañana por 2,40 euros más el precio del periódico, son tres mujeres: Mónica, adicta tanto a los hombres como a las drogas, Cat, lesbiana convencida, y por último, Beatriz, que considera que el amor no tiene género y que ve cómo su vida se desliza hacia el caos a causa de unas amistades demasiado peligrosas. Su vida ha oscilado entre el hogar claustrofóbico de su infancia y el descontrol sexual y vital de su adolescencia, por lo que decide a Edimburgo. Una historia dura y brillante sobre la supervivencia sentimental que supuso una de las mayores revelaciones literarias del año.