Proponen la «responsabilidad ambiental» de las empresas

Bhopal, Exxon Valdez, Boliden y tantos otros nombres son sinónimos de desastre ecológico, de vertidos contaminantes provocados por grandes empresas y de las facilidades con que éstas eluden su responsabilidad económica y judicial en la limpieza e indemnización de los ingentes daños causados. Estos tres casos emblemáticos ilustran, junto a otros 34 episodios más, el informe «Crímenes Corporativos» presentado ayer por Greenpeace. En vísperas de la apertura de la Cumbre de la Tierra (Río +10) que se celebrará desde el lunes y hasta el 4 de septiembre en Johannesburgo, la organización ecologista denuncia la «absoluta impunidad» de las compañías multinacionales implicadas en graves delitos medioambientales, amparadas en la falta de instrumentos legales y vigilancia internacional que les obligue a afrontar con rapidez la total reparación de los perjuicios causados. Los conservacionistas llevarán a la capital sudafricana, al tramo no gubernamental de la Cumbre, la propuesta de creación de un «instrumento internacional de responsabilidad corporativa, legal y económica». De acuerdo a la propuesta ecologista, esa gran «agencia» de vigilancia se financiaría con aportaciones de las industrias, que permitirían, llegado un caso de desastre ecológico, hacer frente a los gastos de limpieza.