Cerrar

Carlos Carnicero A LA ÚLTIMA

Llora por tí misma, Argentina

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Argentina es el paraíso en la tierra. Sus ríos, sus campos y sus mares reúnen las condiciones para ser uno de los países más ricos del mundo. Ahora, gracias a un informe fehaciente, hemos sabido que el setenta por ciento de los niños de este país viven por debajo del umbral de la pobreza. Explicar esa capacidad para el disparate no es fácil. Es sabido que la República Argentina tiene una clase dirigente corrupta. Que su sistema político y económico, homologado con las democracias occidentales, se sustenta en pilares llenos de un ácido que han corroído, desde los años cincuenta, cualquier posibilidad de estabilidad política y económica. El peronismo, como fenómeno político y también sociológico, es difícil de entender para un neófito. Pero todo eso no es suficiente para explicar la catástrofe, porque Argentina no es un caso aislado en el marasmo que el liberalismo, todas las recetas liberales, han ido forjando en Latinoamérica. Ahora, la popularidad de Alejandro Toledo roza los suelos en un Perú azotado por el huracán privatizador, y se ha conocido que su esposa se ha enriquecido desde el poder. Bolivia es un espejo más de pobreza y desigualdad. Centroamérica no arranca. Se nos dijo que Nicaragua, librada de las hordas sandinistas, sería el paraíso gracias a la ayuda norteamericana. Nada de nada. Pobreza, analfabetismo y subdesarrollo. Igual que en Uruguay donde las epidemias se ceban en la población infantil. Pero la realidad, que es tan extraordinariamente tozuda, no hace buscar nuevos caminos, porque los economistas que hoy gobiernan el mundo en nombre de la eficacia y el pragmatismo de los mercados y de las recetas economicistas no tienen interés alguno en desarrollar a las personas y afirman que con crear riqueza ésta terminará por extenderse como una mancha de aceite, sin saber que las oligarquías son insaciables. Como la izquierda sigue desarbolada, sin rumbo y sin criterio, no hay quien sea capaz de elaborar proyectos alternativos. Todo eso sin que nadie se atreva a recordar que África existe, porque ya se da por perdida para casi todo el mundo. Argentina, la situación por la que atraviesa este enclave europeo trasplantado en el Cono Sur, es un caso para llorar, pero sobre todo para plantearse la necesidad de buscar nuevos horizontes.

Cargando contenidos...