La apnea del sueño, de fácil curación, es la causa de hasta un tercio de los accidentes de tráfico
Hasta un tercio de los accidentes de tráfico están provocados por el cansancio, cuya causa principal suele ser la apnea del sueño que impide el descanso nocturno, explicó ayer el jefe de servicio de la Unidad del Sueño de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Diego García Borreguero. La apnea se manifiesta en pausas en la respiración durante el sueño, lo que impide al afectado un descanso conveniente aunque duerma muchas horas, añadió Borreguero en el curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), «Neurofisiopatología del sueño». Esta patología se suele curar en «la inmensa mayoría de los casos», aunque el inconveniente es que, a diferencia del insomnio, el que la sufre no lo sabe y «se nota más cansado, con menos capacidad de concentración, pero no sabe exactamente porqué», matizó García Borreguero. Indicó que datos de la Dirección General de Tráfico y de algunos estudios europeos y estadounidenses revelan que un paciente de apnea sufre de cuatro a siete veces más riesgo de verse implicado en un accidente de automóvil que una persona que descanse de forma adecuada por la noche, por citar alguno de los síntomas más comunes de esta enfermedad. El estrés, los cambios horarios, ingerir alcohol o cafeína antes de acostarse, «aunque sea en pequeñas cantidades», o la mayor exposición a la luz eléctrica ha provocado que en los países occidentales el 30 por ciento de adultos sufra insomnio alguna vez en su vida, señaló el responsable de la unidad de sueño. Matizó que el insomnio crónico, el que no permite dormir o provoca alteraciones en las horas de descanso al menos cuatro noches por semana durante cinco meses, afecta a un ocho por ciento, el mismo porcentaje de las personas aquejadas por una patología de estudio reciente conocido como «el síndrome de las piernas inquietas». García Borreguero precisó que este último no se trata de un trastorno de circulación, sino que es neurológico y provoca sensaciones de hormigueo y malestar en las extremidades inferiores en los momentos de reposo, y que también se puede asociar a algún tipo de carencia de hierro. Por su parte, el director del seminario y catedrático de Patología Médica de la Universidad Autónoma de Madrid, José María Segovia de Arana, señaló que la investigación del sueño permite conocer la actividad del cerebro e incluso sus fases de maduración. Se ha observado que los recién nacidos pasan gran parte de su tiempo dormidos en la etapa conocida como «movimiento rápido de ojos».