El sureste francés sale lentamente del caos de las inundaciones

Aunque caótica, la situación tendió a mejorar ayer en el sureste de Francia, golpeado por lluvias diluvianas que han causado la muerte de más de una quincena de personas, mientras que otra veintena está desaparecida. En sólo 24 horas llovió el equivalente de seis meses en los departamentos de Gard -el más afectado por las inundaciones-, Hérault y Vaucluse, lo que equivale a las precipitaciones de todo un año en París. Al tiempo que las aguas de los ríos y sus afluentes vuelven poco a poco a su cauce, el resultado provisional de víctimas mortales se agrava: 16 fallecidos y 18 desaparecidos, según los datos facilitados por la Gendarmería. Las autoridades temen que el número de víctimas aumente a medida que remita la crecida de las aguas y los equipos de rescate puedan acceder a zonas aisladas. El catastrófico balance es de casas inundadas, hogares sin electricidad, teléfono y/o agua potable, carreteras y vías férreas cortadas al tráfico, varios puentes y un dique derrumbados, así como daños millonarios en infraestructuras y explotaciones agrícolas es sólo parte del enorme tributo que se ha cobrado la catástrofe. Para tratar de paliar lo más urgente, el Gobierno de Jean-Pierre Raffarin va a desbloquear una primera ayuda de 10 millones de euros.