El diseñador David Delfín, causante de la polémica por los vestidos presentados en la clausura de la Pasarela Cibeles dijo que fue el primero en ponerse el velo en la cabeza y «se veía bien»
Acto creativo y no político
Malinterpretado, incomprendido y triste porque su cole
Cultura. Esta es la palabra que más veces salió de la boca del creador malagueño en la que fue su primera aparición ante los medios de comunicación después de la polémica. Puntual y visiblemente nervioso, Delfín acudió a un céntrico hotel madrileño para dar su opinión sobre el revuelo que supuso su debut en el certamen de moda madrileño. Arropado por su equipo -los hermanos Deborah, Gorka y Diego Postigo y la modelo Bimba Bosé- «porque David Delfín no es una persona, es una marca que entiende la moda como cultura», y por algunos incondicionales, que en dos ocasiones aplaudieron sus manifestaciones, este pintor, actor, modelo fotográfico y diseñado entiende «que han intentado hacer un acto político de un acto creativo. En el dossier de prensa explicábamos las referencias culturales que íbamos a utilizar en la colección: Buñuel y su filmografía, las películas «Viridiana» y «Belle de Jour», de ahí las cuerdas, que mejor que sirvan como un accesorio que para quitar la vida a las personas, y los crucifijos...Por supuesto, cada uno puede hacer su interpretación, pero nunca pensamos que los símbolos iban a molestar porque estaba todo explicado», dijo. El inquieto artista, que recordó que para sus propuestas primavera-verano 2003 también se había inspirado en «Los amantes», cuadro en el que salen dos amantes sin identidad, tapados con velos y gasas que pintó Magritte, que perteneció al surrealismo, «un movimiento que dio libertad a los creadores», reconoció que hubo un «fallo técnico» que intentaron subsanar sobre la marcha, «pero no funcionó». Contra la cultura «Yo, que siempre estoy con las telas, fui el primero en ponerme la capucha en la cabeza con la que se veía bien». En las pruebas, las modelos también veían bien, pensábamos que estaba todo controlado, pero no hicimos un ensayo general. La equivocación fue la luz que elegimos, que no era la apropiada porque el cañón de luz que había en la pasarela cegaba a las modelos. Entonces, se lo comentamos al técnico de la luz -profesional que pertenece a una empresa contratada por Cibeles- y nos dijo que no podía cambiar lo que estaba contratado de antemano y, además, que estábamos en medio de un desfile«, explicó Delfín, que, en ningún caso echó la culpa al citado técnico. «Fue nuestra responsabilidad. Ante el caos, pues intentamos solucionar el problema y les dijimos a las modelos que se quitaran la capucha, algunas se levantaron el velo y otras no, como Bimba Bosé. Fue su decisión, y las diferentes reacciones de las chicas me parecieron muy emocionantes», rememoró el creador, que resaltó que, en ningún momento, Cuca Solana -responsable de Cibeles- intentó parar el desfile. «La censura es algo que ya ha desaparecido», apostilló Delfín, al que no le parece justo que, dos días después de celebrar el primer aniversario del 11-S «digan que puso el burka a las modelos y que hemos frivolizado con el sufrimiento de las mujeres. Nosotros estamos muy sensibilizados con todo lo que está pasando, hacemos ropa para la mujer, a la que queremos convertir en un vehículo cultural y embellecerla. Además, en nuestra empresa, el 80% del personal es del sexo femenino, por lo que no tiene sentido acusarme de machista», indicó. Delfín, que contó que el filme «Bailando en la oscuridad» le impactó tanto «que estuve cuatro días traumatizado», indicó que él era un creador, no un político, y que los ataques «no son contra David Delfín, sino contra cultura, y ésta se defiende por si sola», recalcó el creador, que también asumió la para muchos escandalosa música compuesta por Gabriel Gutiérrez. Más crítico fue con los políticos. «Que el PP y el PSOE hayan pedido que no se compre mi ropa es boicotear una propuesta artística. Es curioso, no están nunca de acuerdo en nada, y en esto sí», manifestó Delfín, que se siente apoyado por Cibeles y por parte de la cultura. «Actores, directores y poetas me han llamado y, en algún caso, me han dado la enhorabuena», aseguró.