La vacunada más longeva
«Peor fue la guerra y el hambre»
Baltasara Álvarez, de 106 años, se vacunó ayer contra la covid. Es una de las 4.689 personas inmunizadas hasta ahora en la provincia.
Baltasara Álvarez Díez es una mujer del siglo XXI pese a tener cumplidos ya los 106 años de vida. En ningún momento dudó de que tenía que ponerse la vacuna Pfizer contra el coronavirus. «Es bueno y necesario para superar el virus».
Esta mujer nacida en Mataluenga, donde ha permanecido en su casa cuidada por su hijo y su nuera, vive desde hace dos años en la residencia de Mayores de Callejo de Ordás tras romperse una cadera.
En el centro sociosanitario comparte la vida con otras 32 personas. El coronavirus no ha conseguido colarse en este espacio, que permanece libre del infección desde el inicio de la pandemia.
Carolina Darias | Ministra de Trabajo
Un equipo covid de Atención Primaria se desplazó ayer para inmunizar a sus residentes en la tercera jornada de vacunación en la provincia tras la llegada a León de la segunda remesa de dosis.
Baltasara es desde ayer una de las 4.689 personas de residencias que viven en residencias que se han vacunado hasta ahora en la provincia, en la que ya se han puesto el 80% de las vacunas recibidas, según datos de la Consejería de Sanidad correspondientes al 7 de enero, día en el que se pusieron en la provincia 1.117 vacunas.
Baltasara asegura que la decisión de ponerse las dosis es una de las más fáciles que ha tomado en su vida, marcada, como la de su generación, por el duro trabajo en el campo junto a su marido, con el que se casó a los 19 años y del que enviudó a los 70. Tuvo nueve criaturas, cuatro varones y cinco mujeres.
Dos fallecieron de pequeños. La mayor de sus hijas tiene 85 años. Además tiene trece nietos y catorce bisnietos. «Lo que más he echado de menos estos meses es a mi familia, a mis seres queridos, y llevar una vida normal. De todo se aprende, y de lo malo, también. Debemos aprender de esto y de lo que nos vendrá en el futuro».
Dosis de vacunas Pfizer. RAMIRO
Su hija Beatriz, que vive en Madrid, valora en su madre una mentalidad moderna, «una matriarca, adelantada a su tiempo, muy decidida. Pese a los achaques de la edad, no tiene ninguna enfermedad importante y su cabeza está mejor que la de una persona más joven. Fue ella la que tomó la decisión de irse a la residencia y también la que decidió ponerse la vacuna».
Esta matriarca que supera el siglo de vida vivió y sufrió experiencias que han marcado su vida perores que esta epidemia. «Los meses han sido duros por todo lo que ha pasado, las noticias no eran buenas porque había muchos muertos», asegura. Sin embargo, esta situación de miedo y confinamiento no es. ni de lejos, lo peor que ha pasado en su vida. «En mi vida ha habido momentos mucho peores que esto, una guerra y una posguerra, mucha hambre y cartillas de racionamiento. Nos daban una hogaza de pan a la semana».
El director y propietario del centro, Javier Díez Arias, pone en valor el trabajo y la dedicación del personal que trabaja en la residencia «por evitar contagiar a los mayores porque saben que son muy vulnerables. También damos las gracias a los todos los familiares y seres queridos de nuestros mayores por pensar primero en ellos, y no verlos en este tiempo de pandemia, aun siendo tan duro no poder ver a tu padre, madre, tío, tía, amigo, amiga......han preferido que estuvieran lo más protegidos posible evitando contagios» . Para Baltasara, la residencia ahora es su casa «en la que me siento muy bien porque todo el mundo me quiere». Contesta a las preguntas para este reportaje por escrito porque a su edad le falla algo el oído. «Todos tenemos ganas de que pase esto y poder volver a la vida de antes, una vida normal». Desde la experiencia que da un siglo de existencia y el empuje que da soportar los embates de los años sin victimismos, asegura que no cambiaría nada de lo vivido «aunque si pudiera elegiría ser más joven (se ríe)».
Pide a todo el mundo que se vacune «que piensen en los demás, no sólo en ellos mismos, que hay tiempo para todo. Yo me siento muy bien. Me han puesto la vacuna y no me ha dolido nada. Es necesario para superar este virus».
Aumenta el ritmo de vacunación
El ritmo de vacunación se acelera en España. En Castilla y León se han administrado hasta el 7 de enero 28.332 vacunas contra el virus SARS-CoV-2 de las 51.390 que ha recibido por el momento, con lo que la tasa de dosis utilizadas crece hasta el 55%. El número de dosis utilizadas hasta esa fecha aumenta hasta las 28.332, que suponen un 54,96 por ciento de las 51.390 recibidas por la Consejería de Sanidad, a la espera de que llegue una nueva remesa el lunes o martes.
Por provincias, el mayor número de vacunas hasta el momento se ha administrado en Valladolid, con un total de 5.102 —también es la provincia a la que más dosis le corresponden—, seguida por León, con 4.690; Burgos, con 4.487; Salamanca, con 4.190; Palencia, con 2.871; Zamora, con 2.231; Ávila, con 1.975; Soria, con 1.913 y Segovia, con 874.
Entre el 27 de diciembre y el 8 de enero se han recibido en España 743.925 dosis de la vacuna de Pfizer y se han administrado 277.976, el 37,4 % de las dosis recibidas. España tendrá a su disposición a partir de abril 30 millones de dosis adicionales de la vacuna de Pfizer/BioNTech. Esta nueva entrega será parte de los 300 millones de viales que la Comisión Europea acaba de comprar al consorcio germano-estadounidense y de los que España tendrá derecho a la décima parte.
Las comunidades que más han vacunado son Asturias, con un 75,2 % (17.843 de 23.720); Melilla, con el 67 % (673 de 1.005); Ceuta, con el 63,4 % (637 de 1.005); Galicia, con el 65,9 % (24.750 de 37.555); Castilla y León, con el 54,9 %; Andalucía, con el 49,5 % (69.445 de 140.295); Aragón, con el 41,9% (9.944 de 23.715).
La ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darías, dijo ayer que la labor «más importante» en la actualidad es la de «vacunar, vacunar y vacunar» frente al covid-19.