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La Asociación de Mujeres Santa Rita inauguró ayer el Museo Etnográfico de la Tercia y Arbas en las escuelas construidas por la República en 1932 en Villamanín

Cositas antiguas

«Hoy día 11 de octubre, inauguramos el museo, con las cositas antiguas que tenían los

Publicado por
Ana Gaitero Redacción - LEÓN.
León

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Bastó la ilusión, el empeño y la generosidad de las personas que han convertido en remanso de la memoria las hermosas escuelas de Villamanín, de época republicana (1932). La cafresna del jardín puso el color del otoño. Las mujeres de Santa Rita sacaron lustre a la montura del merinero rico, sus calzas y un zurrón con el nombre grabado a navaja. El cuero de su indumentaria le distinguía de los menos pudientes; el cencerro del carnero que abría los rebaños hacia los suculentos puertos sonó antaño por la vereda de Aralla, el cordel de Cármenes, la vereda de Buiza hacia el collado de San Antón y el cordel de la Tercia, que ha visto pasar hasta 15.000 ovejas hacia los frescos pastos de verano, alojados entre las primeras peñas cantábricas. La carranca fue la última en llegar, «está todavía sin limpiar, oxidada», comentaba Rosa Gutiérrez, la presidenta de la asociación. Hace tiempo que un perro no lleva puesto ese collar de pinchos para defenderse del ataque del lobo. Desempolvaron el yugo y los arreos de las caballerías, para recobrar los tiempos en que el tren no cruzaba estas tierras y la arriería se ocupaba de comunicar a las gentes y cargar las mercancías. Arrieros y trashumantes eran los más «osados» de estas comarcas, donde la mayoría de los habitantes subsistían con el campo y el ganado. El Museo Etnográfico de la Tercia y Arbas se ambienta en tres espacios dentro de una de las aulas de la escuela, cedida por el Ayuntamiento de Villamanín, al igual que el suministro eléctrico. El Instituto Leonés de Cultura ha puesto ayuda económica y técnica y también han contado con el apoyo de la etnógrafa Concha Casado. El reflejo periodístico de la inauguración del Camino de Hierro a Asturias por Alfonso XII, el túnel de la Perruca, fotografías de Villamanín antes y después del incendio de la Guerra Civil o de un concejo celebra en 1924 son algunas de las imágenes que conserva el museo. También hay documentos curiosos e inéditos como el pleito del pueblo de Rodiezmo con el Ayuntamiento por unos pastos, en 1860; un préstamo de 1773 y una dote de boda de 1860 por la que María Arias Argüello recibía manteos, rodaos, sayas, sábanas y plata como regalo de boda de su familia. La novia tomó sus precauciones e hizo al novio que firmara la dote. La nieve y los espaladores que la retiraban de la carretera, las bodegas de jamones, la inauguración de la carretera a Cármenes en 1924 y la emigración a América (de Casares a Buenos Aires y de Rodiezmo a México) a principios del XX son otros de los episodios rescatados en las imágenes del museo. Pero la pieza sin duda más robusta es el telar traido desde Rodiezmo. Las mujeres, y los hombres que han aplaudido su entusiasmo, lo armaron; luego pidieron ayuda a la Escuela de Artes de León para recuperar la urdimbre y, animados por la forma que recobraba el ingenio textil, tejieron una colorida pieza para muestra. Han rescatado piezas domésticas como el carretón o tacatá, las bregancias de las que colgaba el pote, exprimidores y batidoras de primera generación, una máquina de hacer mantequilla y utensilios de la matanza y pequeños recuerdos de la escuela, como el pizarrín, y también las madreñas.