Cerrojazo cultural y más teletrabajo por la «incidencia desbocada» del covid-19

El Musac, el Museo de León, el Archivo Histórico Provincial, la Biblioteca Pública, todos en la capital, y el Museo de la Siderurgia y la Minería (MSM) en Sabero son los cinco centros culturales gestionados por la Junta de Castilla y León que cierran a partir de hoy por la «incidencia desbocada» de la pandemia.

El cerrojazo cultural se extiende al Centro del Urogallo de Caboalles de Abajo, la casa del parque de Babia y Luna, la casa del parque de Las Médulas, la casa del Parque de Picos de Europa el Torreón de Puebla de Lillo, la casa del Parque de Picos de Europa de Valdeburón y el centro de visitantes La Fonseya de Oseja de Sajambre, dependientes de la Fundación Patrimonio Natural. Queda afectada también el Aula del Río de Vegas del Condado.

En total, en Castilla y León se cierran 47 centros culturales desde hoy. El vicepresidente pidió a los ayuntamientos que imiten tanto las medidas de cierre de espacios culturales. El Ayuntamiento de León declaró ayer que está a la espera de lo que publique el Bocyl para adoptar decisiones.

Por su parte, la Diputación de León contestó que todas las actividades culturales se están llevando a cabo con las medidas de seguridad y normativa exigidas. El diputado de Cultura, Pablo Pérez Presa, indicó que «nos hemos enterado por los medios de las declaraciones del vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, y si se establecen nuevas medidas, como no puede ser de otra manera, las cumpliremos».

El Ayuntamiento de Ponferrada ya cerró sus museos y biblioteca la semana pasada, cuando la Junta publicó el decreto del toque de queda adelantado a las 20.00 horas. De esta manera, permanecen cerrados el Museo de la Energía, el Museo del Bierzo y la Biblioteca Municipal.

La Junta también anunció que aumentará el trabajo no presencial en la administración autonómica al menos hasta el 50%. El portavoz y vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, señaló en rueda de prensa que restaurantes, cafés, hoteles, gimnasios y templos son los espacios que «influyen decisivamente en la propagación de contagios». De esta manera, justificó las medidas adoptadas en el sector de la hostelería y a la vez que no se adopten medidas adicionales en otros sectores como el comercio.

«No tiene sentido limitar actividades comerciales si no tienen efecto sustancial en la pandemia», dijo en la rueda de prensa telemática posterior al Consejo de Gobierno de Castilla y León.

El vicepresidente de la Junta declaró que «hemos trasladado al Gobierno sin éxito la necesidad de tener herramientas para limitar el contacto social, en alusión a la petición para ampliar el toque de queda (en vigor por orden de la Junta aunque está recurrido en el Tribunal Supremo por el Gobierno) y del confinamiento.

«No entendemos la cerrazón» del Gobierno, recalcó. «Lo que ha propuesto Castilla y León y casi otras diez comunidades es lo mismo que se está haciendo en Inglaterra, Irlanda o Portugal. ¿Lo extravagante no será lo que hace este país?», añadió.

«Revuelta contra el virus»

Igea asegura que no está librando una batalla política «con nadie» y que la «única guerra es con el virus». El vicepresidente instó a la población de Castilla y León, en el contexto de estas discrepancias con el Gobierno, a una «rebelión ciudadana contra el virus». «Llamamos a los ciudadanos a pelear por los suyos, por su familia», insistió para pedir que «se queden en casa».

Es la única manera de combatir la «incidencia desbocada» de la pandemia en Castilla y León. De los casi 3.000 contagios detectados ayer en la Comunidad se estima que un 10% precisará asistencia hospitalaria, lo que supondrá 340-350 nuevos pacientes y entre un 2-3% de letalidad. Los hospitales se encuentran «en una situación muy crítica», apostilló, y «empezamos a no poder tratar el resto de enfermedades».

Confinamiento

Además del cierre de centros culturales y más teletrabajo, la Junta hace un llamamiento a los ayuntamientos donde se realizan cribados poblacionales a que emitan bandos para que la población permanezca confinada en sus domicilios. «Que las calles estén lo más vacías posible, hay que mantener la actividad física, pero no el contacto», recalcó el vicepresidente Igea.