Illa impuso restricciones en Madrid con menos incidencia
El 30 de septiembre, Salvador Illa dijo basta. Sin perder las formas, el ministro de Sanidad tomó aquel día una de las decisiones más polémicas de toda la pandemia: impuso a la Comunidad de Madrid una serie de restricciones que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no había querido tomar voluntariamente, tras jornadas en las que ambas administraciones jugaron al ratón y al gato. «Cuando uno va al médico, espera que le digan la verdad», «la situación en Madrid es compleja y preocupante» y «la salud es lo primero para el Gobierno de España» son algunas de las frases que dijo entonces Illa para defender la aplicación de estas nuevas medidas contra la voluntad del Gobierno regional. Cuando hizo estas declaraciones, el último día de septiembre, Madrid tenía una incidencia acumulada de 735 casos por cada 100.000 habitantes, el 41,7% de sus UCI estaba ocupada por pacientes covid y la positividad de sus test se elevaba al 19,9%.
En el Consejo Interterritorial del pasado miércoles, el mismo ministro que tiró de decreto para forzar aquellas medidas se negó a escuchar el ruego de quince comunidades autónomas, que le pidieron poder adelantar el toque de queda desde las 22 a las 20 horas, entre otras medidas para afrontar la tercera ola.