Europa quiere estar libre de tabaco en veinte años
El nuevo y ambicioso plan contra el cáncer de la UE financia medidas para extender terapias más innovadoras y avanzadas
«El compromiso de la UE es no dejar piedra sin remover en la lucha contra el cáncer». Con esta ambición resume la Comisión el futuro Plan Europeo para Vencer al Cáncer que tiene casi acabado y que ahora deberá enriquecer con sus aportaciones el comité especial creado en septiembre a tal efecto en el Parlamento de Estrasburgo. Todas las medidas buscan extender a todos los países los análisis y terapias más avanzadas contra los tumores.
El plan, respaldado por los miles de millones de euros que recibirá de los fondos europeos de salud, investigación, reconstrucción y cohesión, describe medidas legislativas y acciones concretas para apoyar, coordinar o complementar los esfuerzos de los Veintisiete en todos los estadios de lucha contra esta enfermedad: prevención, diagnóstico precoz y cribados, tratamiento, y calidad de vida para pacientes, supervivientes y cuidadores.
Es la respuesta más potente de Bruselas en tres décadas contra un mal que cada año mata a 1,3 millones de europeos y provoca 2,6 millones de nuevos enfermos. Si el continente no toma nuevas medidas, habrá un 25% más de casos en 2035 —cuando sería ya la primera causa de muerte—, y lo sufrirá hasta el 40% de la población. Una predicción que puede agravarse, pues el colapso por la covid ha reducido los diagnósticos precoces.
Una de las acciones más llamativas es la que pretende reducir los fumadores casi a la nada (a menos del 5%) para 2040, que prevé incrementar los impuestos y extender las zonas sin humo a espacios públicos al aire libre. Con el mismo fin, propone subir los impuestos al alcohol, dejar de estimular su consumo con el programa de promoción de productos agrícolas, y aumentar las intervenciones sobre bebedores excesivos en centros de salud, de trabajo, y sociales.
Para mejorar la dieta y reducir la obesidad propone bajar el IVA a alimentos saludables y subirlo a azúcares y refrescos, y retirar los apoyos comunitarios a la carne roja y las carnes procesadas. También quiere reducir desde 2022 la tasas máximas de micropartículas PM2,5 —procedentes del tráfico y la quema de petróleo y carbón— a casi un tercio, y vacunar en esta década contra el virus del papiloma humano.