Casi 80.000 muertes sin cuidados paliativos al año
Sólo la mitad de las facultades de Medicina del país incluyen en sus planes de estudio este tipo de atención al final de la vida
Algo más de 77.000 personas mueren cada año en España sin recibir los cuidados paliativos adecuados en su fase terminal. La medicina paliativa tiene un largo camino que recorrer en España, pese a que en las últimas décadas ha experimentado un avance notable. Sin embargo, es unánime la opinión de que el acceso a este tipo de cuidados dista de ser equitativo y que faltan recursos económicos, si bien las estimaciones son difusas y nadie se atreve a cuantificar la inversión necesaria. Según los expertos, en la gran mayoría de los casos puede controlarse el dolor y conseguir de este modo que remitan las penalidades del enfermo. Con todo, hay casos en que los especialistas desaconsejan seguir con la terapia para remitir a toda costa el sufrimiento, pues los tratamientos contra el dolor no aportan siempre beneficios tangibles. «No hay recursos suficientes para atender a las personas que más sufren», asegura el vicepresidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), Alberto Meléndez, quien subraya que la pandemia ha demostrado que el sistema sanitario adolece de la falta de visión para abordar las necesidades de las personas frágiles.
Hace 14 años que se aprobó la Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos. Este hecho, que debería ser un motivo para felicitarse, aboca sin embargo al escepticismo. Según Meléndez, se ha producido en los últimos años una involución en cuanto al despliegue de la medicina compasiva. Muchos equipos están cansados y frustrados, decepción que tiene que ver con la ausencia de una ley específica. Esta carencia impide establecer equipos con criterios homogéneos. Así las cosas, el acceso a ellos es muy diferente dependiendo no ya de la comunidad autónoma, sino incluso de la provincia en que se resida. A su parecer el sistema sanitario es «muy bueno para atender los síntomas físicos, pero desprecia otras esferas del sufrimiento. El dolor social, espiritual y emocional está oculto.