Casi 10.000 conductores, detenidos por los efectos de la alcoholemia
La Guardia Civil de Tráfico denunció 918.814 infracciones durante los seis primeros meses del año y detuvo a 11.181 personas por conducir de forma que ponían en peligro a los demás usuarios de las vías públicas. De estos detenidos, 9.487 -el 85 por ciento- dieron ''positivo'' después de ser sometidos a controles de alcoholemia. La mayoría superaban el doble de la tasa máxima permitida de alcohol en la sangre -0,5 gramos por litro para conductores en general y 0''3 gramos para quienes transportan mercancías o personas - y muchos habían provocado accidentes con su comportamiento. Según datos que maneja Tráfico, la conducción en estado de embriaguez fue el principal, pero no el único motivo de detención. De acuerdo con sus registros, 88 conductores fueron arrestados por insultar y agredir a los agentes de servicio. Otros 18 lo fueron por delitos de omisión de socorro o fugarse después de verse involucrados con sus vehículos en accidentes. Hubo también otros 85 arrestos por «otros delitos contra la seguridad en el tráfico». Pero, a pesar del elevado número de infracciones denunciadas y de detenidos, las cifras del primer semestre reflejan en general un descenso moderado con respecto a las del año anterior. Durante el mismo período de 2001, el número de conductores multados por la Guardia Civil fue de 1.034.223 -un 11 por ciento mayor- y hubo 12.249 detenidos -un 9% más. En total, durante 2001 hubo 1.938.213 denuncias y 24.072 personas fueron arrestadas. De ellas, 21.114 por ponerse al volante después de ingerir abundantes dosis de alcohol. La mayor parte de estas actuaciones tuvieron lugar durante las noches de los fines de semana. Estos son los conductores como los «potencialmente más peligrosos». El número total de arrestados por insultar y agredir a los guardias de tráfico fue en 2001 de 135. Las detenciones por negarse a auxiliar a accidentados o darse a la fuga después de un accidente fueron 63. Por otros delitos de tráfico, 257. La cifra total se completa con las detenciones que nada tuvieron que ver con la seguridad en la circulación. Una patrulla de tráfico puede actuar si observa que alguien está cometiendo robos, hurtos, agresiones u otros delitos flagrantes. La Asociación de Simpatizantes de la Guardia Civil considera que estas cifras demuestran que la desaparición de la tradicional ''pareja'' de la Guardia Civil y la creación de patrullas unipersonales no ha hecho aumentar el número de denuncias ni descender el de accidentes, tal y como pretendía la Dirección General de Tráfico.