Entre el mar y la tierra

«Ya lo sugieren las olas, tan cuerdas que dicen hola y adiós al mismo tiempo. Lo que traen se lo llevan. Lo que se llevan lo devuelven ininterrumpidamente. Pero ni aún teniéndolas delante todo el tiempo han sido capaces de aceptar y comprender la sugerencia. Creen que el orillarse es suficiente. Que nada hay que dar a cambio del portentoso regalo que es ser costero de los mares más intensos y afables». Son letras tejidas por el naturalista Joaquín Araújo, uno de los participantes en la conferencia celebrada ayer en León para disertar sobre el mar y su problemática, sobre ese gran desierto azul. La charla, organizada por el Círculo Empresarial Leonés y patrocinada por la empresa cárnica asentada en Camposolillo Valles del Esla S.A., contó también con la presencia del aventurero Álvaro de Marichalar, hombre que aún vive de los sueños del reciente viaje que le ha llevado en un pequeño barco trasatlántico desde Roma hasta Nueva York (18.000 kilómetros), y del que no olvida «la soledad constante» y la angustia de ese 15 de mayo en el que su embarcación fue partida en dos por una ola gigantesca en medio del océano. El romanticismo y la defensa de la reconciliación entre el hombre y la naturaleza fueron el denominador común de las intervenciones pronunciadas ante un numeroso público en el salón de actos del Ayuntamiento de León, charla a la que no pudo acudir el hispanista Miguel de la Quadra Salcedo, aquejado de una enfermedad crónica. Araújo, conocido entre otras cosas por ser el primer español distinguido por la ONU con el Premio Global 500, puso sobre la mesa datos tan alarmantes como desesperanzadores: un 80% del litoral mediterráneo español no conserva nada de lo que era «como lugar de encuentros fecundos entre el mar y la tierra». En tal sentido, la costa de Valencia está sometida en un 90% de su territorio a un brutal proceso de transformación urbanística, lo que redunda sin lugar a dudas en el modelo y en los ingresos turísticos de esta zona. Esta circunstancia tiene, también según este hombre polifacético, una consecuencia inmediata sobre el desvío de turistas hacia la España verde, que defendió. «El turismo ecológico, el de espacio verde es la pieza clave de este modelo porque genera rentas importantes», dijo a los periodistas. Su actividad se está centrando ahora en la grabación de un documental sobre el oso pardo en la Cordillera Cantábrica con fines lúdicos y también publicitarios. Tras una primera toma de contacto, Joaquín Araújo considera que la población de oso pardo, a pesar de que va evolucionando muy poco a poco, se encuentra en su mejor momento desde hace «40 o 50 años». Argumenta que existen muy pocas hembras reproductoras y que suelen existir muchas bajas en el primer año de vida de los oseznos, eso sin contar con la abominable actitud que toman muchos machos de acabar con la vida de sus propios hijos en la edad joven. Álvaro de Marichalar, hermano del duque de Lugo, desveló a los asistentes su cuaderno de bitácora, ese que tiene guardado en la memoria y el alma después de haber atravesado 10.000 millas naúticas por el océano. Destacó de esta aventura los meses previos de organización. Por eso, el viaje, dijo, «fue un recreo y mucho menos duro de lo que me costó conseguir una compañía de seguros». En el anecdotario de Marichalar también se incluye la toma de contacto de Melilla como gesto solidario con África.