Tradiciones
Tente nube tiene buen relevo
Jóvenes de Fresno de la Vega siguen la tradición de tocar las campanas para espantar el pedrisco de sus fértiles campos heredada de los mayores como Antonio Bodega
«Dicen que mi padre hacía hablar a las campanas», afirma Antonio Bodega, uno de los mayores de Fresno de la Vega que mejor domina el toque de campanas. Con sus 88 años subió una vez más al campanario de la iglesia de San Miguel el 31 de enero para tocar a tente nube. «Antes para subir a la torre hacía falta, como se dice en castellano, dos cojones; ahora ya está la escalera bien hecha. Pero, antes, a brincos, de un lado para otro, de cualquier manera», afirma el señor Bodega, que no le teme ni a las alturas ni al virus. «He subido con lluvia, con viento, de todas las maneras», afirma. El domingo por la tarde, con el horario trastocado por el toque de queda, volvió a esparcir los sonidos del tente nube por los campos de la vega para espantar el pedrisco, como lo han hecho de generación en generación en este pueblo y como parece que seguirán haciéndolo en el futuro, a juzgar por la afluencia de vecinos y vecinas, de todas las edades que suben a tocar la campana de Santa Bárbara, la más grande de las que coronan el campanario de Fresno de la Vega.
La torre de la iglesia de Fresno de la Vega. DL
A Antonio Bodega le falta cumplir un deseo: enseñar a los chicos y chicas que lo deseos los secretos de las campanas, que para él no son más que una forma de relación intuitiva con los bronces. Se ha ofrecido en varias ocasiones, pero no ha habido quien recoja su guante. Aunque su padre fue un virtuoso de las campanas no aprendió de él su dominio. Era de los hijos más pequeños y nunca le subió al campanario, comenta. Con el tiempo, cuando volvió de la mili se hizo sacristán y desde entonces no ha dejado de tocar a tente nube.
Antonio Bodega. DL