Voz propia y esencial

alfonso garcía

Voz propia, coherencia, unidad, maestro de generaciones posteriores, Eliseo Diego (La Habana, 1920-México, 1994) hubiese cumplido el pasado año cien de vida. Buen motivo para acercarse a su obra, una de las más singulares y poderosas en lengua española del siglo XX. Perteneciente a la generación más relevante de la historia de la literatura cubana, nucleada en torno al grupo y revista «Orígenes», «lo más destacado de su obra —escriben los responsables de la edición— es que obtiene, desde su primer libro de versos, En la Calzada de Jesús del Monte (1949), un tono personal inconfundible, así como una capacidad para controlar los tiempos y los espacios, y un modo muy personal de tratar poéticamente los objetos y los lugares, los volúmenes, la luz y las sombras, las circunstancias históricas y personales, como si fueran materiales exclusivamente líricos y no contaminados por la contingencia del existir diacrónico que se mantendrán hasta sus últimos poemas, escritos en los umbrales de su fallecimiento, en febrero de 1994».

El libro reúne una amplia selección de poemas de todos sus libros, tanto los que publicó en vida como aquellos que aparecieron de forma póstuma o no fueron publicados como libro. De ahí que aparezcan «algunos textos inéditos y otros publicados de forma dispersa en revistas y periódicos, desde los años sesenta hasta pocos días antes de su muerte, dispuestos por orden cronológico».

Con todas las referencias técnicas necesarias, está claro que los textos de Eliseo Diego conforman la esencia de la publicación. Pero, especialmente para los menos cercanos a su obra, muy recomendable la extraordinaria Introducción, un modelo de claridad, precisión y ofrecimiento de claves para su lectura. Da gusto la capacidad de acercamiento en el despliegue ofrecido del entramado biográfico, literario, social y político en que sitúa la figura del poeta. Merece, y mucho, la pena.