Misión cumplida
El Hospital de León disuelve los equipos covid al decaer la ola
26 especialistas y 20 residentes de patologías no covid rotaron por las 13 plantas covid del Caule en las cuatro semanas críticas de la tercera ola. Ayer culminó la misión que permitió al gigante sanitario no suspender consultas.
La tercera ola llegó al Hospital de León con la segunda aún activa. El 1 de enero aún había 36 personas ingresadas por covid en el complejo hospitalario. Se produjo una situación insólita al coincidir «con el periodo vacacional y con el personal agotado física y psíquicamente». «A partir de ahí comenzó una escalada vertical hasta llegar en un solo día a tener 48 ingresos», comenta Pedro Linares, subdirector de Servicios Médicos del Caule y responsable de organizar los equipos covid.
El 25 de enero empezaron a colaborar con los servicios de Neumología y Medicina Interna otros especialistas del hospital de servicios médicos y quirúrgicos. Se trataba de compaginar la avalancha de pacientes covid con la atención a otras patologías, y aunque finalmente hubo que suspender actividad quirúrgica se mantuvieron las consultas.
En esta tercera ola llegó a haber 338 personas ingresadas en el Caule —entre las 8 plantas covid del Hospital de León y otras cinco habilitadas en Monte San Isidro— y hasta 47 pacientes en cuidados críticos, unas cifras que superaron con mucho a la carga asistencial de la segunda ola.
«Con este volumen tan grande de pacientes covid, a los que había que sumar una cantidad también importante de pacientes de Medicina Interna y Neumología no covid, se precisaba que otros especialistas arrimaran el hombro y colaboraran con los médicos de Medicina Interna y Neumología», explica Linares.
Se estableció que cada servicio aportara un facultativo durante una o dos semanas al mes con el fin de «producir el menor impacto en cada especialidad» en cuanto a su trabajo en consultas, pruebas e intervenciones y «se consiguió pues no hubo necesidad de suspender consultas externas», añade el subdirector de Servicios Médicos.
Durante dos semanas participaron los residentes del último año por un periodo máximo de cinco días, supervisados por médicos adjuntos de Neumología y Medicina Interna. «Estamos muy contentos con la labor que han desarrollado, adquiriendo una experiencia enriquecedora en sus vidas, en la faceta clínica y humana de nuestra profesión, como muchos de ellos nos han manifestado. Se han sentido útiles e importantes y siempre dispuestos a ayudar», valora.
Los equipos comenzaron el 25 de enero y finalizaron ayer viernes 19 de febrero. Han estado operativos cuatro semanas. Su llegada supuso «un alivio para internistas y neumólogos que, desgraciadamente son los que llevan un año al frente de la pandemia junto a urgenciólogos e intensivistas», comenta. Funcionaron como equipos mixtos de Medicina Interna y Neumología: en cada planta había uno o dos internistas o neumólogos, más un especialista de otro servicio y un residente.
Se implicaron en los equipos covid Cardiología, Digestivo, Endocrinología, Reumatología, Pediatría, Nefrología, Hematología, Neurología, Geriatría, Psiquiatría, Oncología Médica, Oftalmología, Ginecología, Otorrino, Cirugía general, Traumatología, Cirugía cardiaca, Cirugía vascular, urología, Cirugía pediátrica, Cirugía Vascular, Neurocirugía, Neurofisiología, Rehabilitación, Oncología Radioterápica y Cirugía Plástica. En total: 26 especialistas adjuntos y 20 residentes.
Los otros dos frentes de la tercera ola estuvieron en la UCI y Urgencias. Intensivistas y anestesistas al cargo de la atención a los pacientes más graves y trabajadores de Urgencias en la primera línea del diagnóstico, tratamiento y estabilización de los enfermos a su llegada al hospital, «con una importante sobrecarga y trabajando a demanda», descata el responsable de los equipos covid. Oncología Médica, Endocrinología, Reumatología, Geriatría... reforzaron las guardias en el hospital Monte San Isidro para aliviar la sobrecarga de los internistas.
Los profesionales actuaron «movidos por un sentimiento de responsabilidad con el fin de intentar ayudar a la avalancha de pacientes que ingresaban día tras día», recalca Pedro Linares. Hasta 48 ingresos en una jornada se registraron en el peor día de la tercera ola. Su objetivo: «Curar a los pacientes cuando se podía y acompañarlos en los últimos momentos si la curación no era posible».
Algunos jefes de servicio fueron los primeros en dar el paso, como fue el caso de Digestivo, Cirugía Vascular, Cirugía Plástica y Psiquiatría. No se eximió a nadie. La edad más joven, la ausencia de factores de riesgo y la buena disposición fueron los factores que sopesaron.
El ascenso vertiginoso de la tercera ola, con una meseta menos prolongada en la curva ha reducido a cuatro semanas la misión de los equipos covid. espera rebajar dos plantas más este fin de semana y que el lunes queden cuatro plantas covid en el Virgen Blanca y tres en Monte San Isidro. Ayer el Caule contaba con 135 pacientes ingresados en planta —24 menos que el día anterior— y 34 en la UCI, donde la descongestión irá más lenta.
En un momento en que la pandemia puso de nuevo contra las cuerdas al hospital, «la generosa colaboración de médicos de otros servicios, ha posibilitado que fuéramos capaces de atender a una gran cantidad de pacientes. Una pequeña aportación de cada servicio ha supuesto una gran ayuda y, para nosotros, ha sido una experiencia enriquecedora», valora el jefe de Medicina Interna, José Luis Mostaza.
«Nos ha permitido asumir este incremento en los ingresos, asegurando que los pacientes reciban atención especializada respiratoria», asegura la jefa de Neumología, Elena Bollo, destacando la disposición y el conocimiento de la enfermedad demostrado por sus compañeros, así como «lo enriquecedor que es, aún en momentos complicados como estos, trabajar en equipos multidisciplinares».