Diario de León

La vacuna llega a mayores de 80 años en León

«¡Por fin nos ha tocado!, queremos salir de casa»

A pie, con andador, en silla de ruedas... en 127 y con ganas de vacunarse. Una mujer de 103 años que llegó al centro de salud de La Condesa tan solo ayudada por un bastón y el brazo de su familiar fue una de las más longevas que se vacunaron ayer en León. La Gerencia de Atención Primaria generalizó la vacuna para mayores de 80 años no institucionalizados en los 28 centros de salud del área sanitaria. «Tranquilos vamos a llamar a todo el mundo, al ritmo que lleguen las vacunas», afirmó el gerente, José Pedro Fernández.

María Isabel González Gago, de 97 años. FERNANDO OTERO

María Isabel González Gago, de 97 años. FERNANDO OTERO

Publicado por
Ana Gaitero / Acacio Díaz
León

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La vacuna anticovid se abrió pasó ayer entre las personas las personas más longevas de la provincia. Las que viven en sus casas y están deseando salir a la calle, como todo el mundo. Ciudadanos y ciudadanas al borde del centenario o que ya lo han superado, a pie y con genio, como la mujer de 103 años que recibió la primera dosis de la Pfizer-Biontech en el centro de salud de La Condesa a las diez de la mañana, pero no quiso dejar una imagen para la posteridad.

Cuando llegue la primavera, su menuda figura ya estará produciendo los anticuerpos, una fortaleza defensiva del sistema inmunológico frente al virus que se ha llevado por delante la vida de 1.979 personas en la provincia de León. Un total de 1.200 personas serán inmunizadas con la primera dosis entre ayer y hoy.

«¡Por fin nos ha tocado!». Fernando Lera, de 90 años, y su esposa, de 87, fueron dos de los primeros en acudir al centro de salud de La Condesa de León. Las escaleras que hay que subir para llegar al punto de vacunación meten miedo, pero no se echaron atrás. Subieron con la ayuda de su hija. «Tenemos que hacerlo, no solo por nosotros mismos, sino por no contagiar», aseguró el hombre, natural de Alija del Infantado, tras admitir que «hemos pasado miedo, queremos salir de casa».

Ángela y Benigna Díez Álvarez, de 97 y 94 años. F.O.

Las personas centenarias o casi fueron las primeras en ser citadas para la inmunización generalizada del grupo 4 de la estrategia nacional de vacunación: Mayores de 80 años que viven en sus casas o en el domicilio de familiares. El inicio de la campaña, al mismo tiempo en todos los centros de salud de León, es un nuevo balón de oxígeno en largo año de la pandemia del covid-19.

«Vengo con muchas ganas de vacunarme, esto es lo peor que he pasado en mi vida. La vacuna es lo mejor que nos puede pasar», comentó Félix Castaño, de 87 años, que llegó a pie, con la única ayuda de su bastón, y con una flor prendida en la solapa de su abrigo como símbolo de su solidaridad con la Asoaciación Española contra el Cáncer (Aecc).

A José Cortés, de 86 años, le dieron la gran alegría la semana pasada cuando le citaron para la vacuna. «Estoy autoconfinado voluntariamente desde el 18 de marzo y ahora tendré más tranquilidad», comentó. «Vengo con ganas, sí señora, voy a tener mayor tranquilidad de no infectarme». Su esposa, María del Carmen García, de 84, no tenía muchas ganas de vacuna. «Pensé que nos llamarían por el apellido y a mí me tocaría más tarde», bromeaba. Este matrimonio madrileño reside en León desde que José se quedó en silla de ruedas por un accidente de tráfico. También usaron la entrada del garaje de Condesa, más accesible, para llegar al punto de vacunación de la primera planta, aunque el camino sea más largo.

Teodoro Álvarez Fidalgo, de 98 años y 11 meses. F. O.

El hito de rozar la centena, haber esquivado al virus y llegar a tiempo a la vacuna es un capítulo más en la vida de leoneses como María Isabel González Gago que celebró el momento, a pesar de las dificultades de la escalada por el empinado acceso. «Tenía más ganas por los demás, por la familia, que por mí». «No he tenido ningún miedo», aseguró. «Lo ha pasado mejor que nadie», certifica su hija. Durante el confinamiento, «comía en la terraza», comentó.

Luzdivina Martínez Paramio, de Villaquejida, aunque ya hace veinte que es vecina de León, se acercó sola a vacunarse ayudada de dos bastones. Con 92 años y la esperanza de que la vacuna sea un bien para su organismo. «Que no nos manden para allá», comentó.

La población más longeva acudió a la cita con el sentido del deber propio de una generación curtida en guerras y desgracias. Para unos el covid ha sido lo peor, para otros, lo peor es lo que tienen encima, como Andrés Mieres Mieres que sufre por ver a su esposa sumirse en el olvido a causa del alzhéimer. La pareja acudió en su Seat 127 verde oliva, 47 años y 200.000 kilómetros, al acontecimiento en el centro de salud de Eras de Renueva.

José Cortés y María del Carmen García. FERNANDO OTERO

—¿Te mancó?, pregunta Andrés.

—¡Que va! Si fuera todo así sería coser y cantar, contesta Rosario Fernández Valdés.

Es una de las personas citadas por ser dependiente, no por la edad. Los equipos de vacunación de los centros de salud combinan la inmunización de personas mayores de 80 años con los grandes dependientes, ya sea en casa o el centro de salud cuando se les puede acercar.

«Que esté todo el mundo tranquilo, vamos a llamar a sus casas para citarles y darles todas las posibilidades de fecha y hora para vacunarse», aseguró el gerente de Atención Primaria, José Pedro Fernández.

El gerente resaltó que se vacuna a este grupo de edad en centros de salud como garantía de una atención inmediata en caso de reacciones adversas. El ritmo de la vacunación de toda la población de más de 80 años —33.000 en la provincia— lo marcará el suministro de vacunas. Se espera concluir en 3-4 semanas en condiciones normales.

Manuela Fernández y Fernando Lera. FERNANDO OTERO

Para el gerente de Atención Primaria es importante que haya comenzado en todos los centros de salud y que los esfuerzos de los equipos de vacunación se puedan centrar ahora en la población de más edad de la provincia. José Pedro Fernández pidió a todos los colectivos que exigen prioridad que «piensen en los mayores».

En Sahagún la primera jornada de la vacunación a mayores de 80 años se estrenó con sensación un tanto relajante. «El miedo es más liviano y las agujas no impresionan tanto como en la tele, que parecen de mayores dimensiones», comentó uno de los vecinos tras el pinchazo, durante los veinte minutos de espera. Algunos fueron vacunados en los propios vehículos que les transportaron para evitarles la molestia de salir. agujas, y luego no es mas que un simple pinchazo, Comentaban mientras trascurrían losa 20 minutos de espera.

Algunos llegaron resignados. «Hay que hacerlo, por la familia», dijo Adela. «Prefería estar en casa», afirmó Teodoro Álvarez Fidalgo, que cuando se le pregunta la edad responde con mucho orgullo: «98 años y 11 meses». En este tiempo de pandemia su vida ha dado un vuelco. «Estaba acostumbrado a salir de casa y ahora no quiere moverse», comenta el hijo que le acompaña.

Al centro de salud de José Aguado acudieron puntuales las hermanas Ángela y Benigna Díez Álvarez que, aunque son oriundas de Burón, ya hace décadas que viven en la capital. «Estábamos deseando la vacuna», afirmó la mayor. «A ver si la cosa va pasando y mejora», añaden. Las dos se recluyeron en el pueblo durante siete meses para evitar el virus. «No hubo ningún caso», apuntan contentas.

Luzdivina Martínez Paramio, de 92 años. FERNANDO OTERO

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