Las mutaciones aumentan pero la incidencia continúa en caída
Como un monstruo de mil cabezas, el SARS-CoV-2 lleva meses cambiando para seguir haciendo daño. Las variantes, mutaciones en el código genético de los virus que aparecen conforme se van ‘copiando’ en cada contagio, eran esperables con 114 millones de casos en todo el mundo, pero la clave es descubrir cuáles se transmiten mejor, cuáles son las más virulentas y cuáles escapan al efecto de la vacuna.
De todo el mundo llegan a diario noticias sobre nuevas variantes. En Nueva York ha aparecido una bautizada como B.1.526 que ya supone el 25% de los casos en la ciudad y en México, otra llamada B.1.1.222 representa el 87% de los contagios del país.
En España, según el último informe sobre variantes, publicado por por el Ministerio de Sanidad el 22 de febrero, las más importantes son la B.1.1.7 (variante británica), la B.1.351 (sudafricana) y la P.1 (brasileña). La más extendida sigue siendo la variante británica, que tiene una presencia muy desigual dependiendo de las comunidades, pero puede llegar a ser la dominante, si no lo es ya, porque ahora mismo supone más del 90% de los casos detectados en algunas zonas en las últimas semanas. Es «más transmisible y probablemente más letal», pero «no parece que escape a la inmunidad, sostiene el ministerio, que ha encontrado 898 casos.