Diario de León
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León

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Es uno de los productos de aseo personal por excelencia, por lo cual debemos tener en cuenta sus implicaciones en nuestro organismo. Les hablo del desodorante, siempre buscamos de este producto una protección duradera.

Todas las personas sudamos por la zona de la axila (algunas más y otras menos, según muchos factores); no se trata sólo de la transpiración, normal cuando aumenta la temperatura del cuerpo, sino también de la secreción de determinadas glándulas que son muy abundantes en esta zona, las glándulas apocrinas.

La razón está en la flora axilar, el conjunto de bacterias que habitan en nuestras axilas, una parte especialmente húmeda y protegida de nuestro cuerpo y por tanto propicia al crecimiento microbiano. Algunas bacterias de esta flora, como ‘Staphylococcus hominis’, son capaces de descomponer estas secreciones y producir unas sustancias olorosas y gaseosas llamadas tioalcoholes o tioles, que son los responsables del mal olor.

Historia

El instinto de enmascarar los olores menos agradables del cuerpo es muy antiguo, digamos que nos acompaña desde el nacimiento de la humanidad.

En el antiguo Egipto, por ejemplo, usaban canela o alumbre, y especias aromáticas como desodorante. En la antigua China usaban alumbre o sal, una práctica que se hizo común en ciertas partes de Asia. De hecho, la sal es conocida por sus propiedades antibacterianas, lo que explica su efecto desodorante.

En 1888 fue presentado Mum, primer producto lanzado al mercado específicamente para atajar la humedad de las axilas y, por tanto, el mal olor del sudor. La fórmula estaba hecha a base de un compuesto de zinc y su presentación era la de una crema. La popularidad de Mum convenció a los laboratorios de que existía un gran mercado para los antitranspirantes.

A principios del siglo XX aparecen los primeros desodorantes que utilizan cloruro de aluminio, compuesto secante que está presente en la mayoría de las fórmulas actuales.

¿Cómo actúan antitranspirantes, desodorantes convencional o desodorante natural?

Los antitranspirantes bloquean la acción de las glándulas sudoríparas y en consecuencia se deja de producir sudor en la zona de aplicación. Uno de los ingredientes activos que se usan para taponar las glándulas sudoríparas e inhibir la sudoración son las sales de aluminio o de zinc, como el cloruro de aluminio.

Los desodorantes: buscan la eliminación de las bacterias y del mal olor mediante fragancias. Para eliminar a las bacterias utilizan diferentes antisépticos para atacar el mal olor, lo contrarrestan con aromas sintéticas, buscando olores agradables para las personas que los usan.

Los desodorantes naturales: neutralizan el mal olor sin afectar a la transpiración, tan necesaria para regular la temperatura corporal.

Los desodorantes naturales, a diferencia de los otros, combaten el mal olor actuando sobre las bacterias responsables de ello, limitando su crecimiento usando principios activos antimicrobianos, la piedra de alumbre o el bicarbonato de sodio.

De esta manera se neutraliza el mal olor sin afectar a la transpiración, tan necesaria para regular la temperatura corporal.

Ventajas de los desodorantes naturales caseros

En los últimos años, muchas personas hemos empezado a interesarnos por los desodorantes naturales, ya que son una alternativa natural frente a las fórmulas convencionales. Si bien es cierto que las versiones comerciales son bastante eficaces contra el mal olor y el exceso de sudoración, hay controversia por los efectos secundarios que se le atribuyen a algunos de sus componentes.

Y si supiéramos la cantidad de aditivos que contienen algunos desodorantes de marca, de esos que nos encontramos en cualquier supermercado, nos asustaríamos.

Si queremos comenzar a llevar una vida más saludable, libre de tóxicos, debemos comenzar a utilizar (o fabricar) productos con componentes realmente naturales, ya que en definitiva son la mejor opción:

—Libre de tóxicos.

—Libre de Aluminio (relacionado sobre todo con el cáncer de mama y presente en la mayoría de los desodorantes)

—Es barato y la mayoría de los ingredientes se encuentran en tu despensa.

—Se pueden reutilizar envases.

—Dura más tiempo.

— Versatilidad: existen varias presentaciones de desodorantes que se enfocan en las necesidades de diversos organismos.

Ingredientes más comunes para elaborar un desodorante natural

Bicarbonato de sodio: Desodorante eficaz porque altera el pH de las axilas, haciendo un ambiente hostil para las bacterias. Es antibacteriano y deja transpirar la piel.

Almidón de maíz: Posee unas extraordinarias propiedades blanqueadoras, además de ser un excelente eliminador de olores, por lo que es muy usado en productos de higiene personal.

Aceite de coco: En sí mismo hace una función ligera de desodorante y es antibacteriano. Si no se quiere que la textura final del desodorante dependa de la temperatura ambiente, mejor usar el aceite de coco fraccionado.

Manteca de cacao: Esta manteca es muy beneficiosa y es muy usada en la cosmética. Es un producto utilizado para el cuidado de la piel, dándole la humectación que necesita diariamente. Aporta dureza al desodorante.

Manteca de karité: Tiene un gran poder de hidratación y nutrición que mejora la elasticidad de la piel, a la vez que la repara y la regenera gracias a su contenido en vitamina F. Además, es un excelente agente curativo y eficaz contra quemaduras y cicatrices debido a sus vitaminas A, D, E y F.

Óxido de zinc: Tiene cualidades antibacterianas. De hecho, funciona contra bacterias gram positivas y gram negativas, es decir, que es efectivo sobre un amplio espectro de bacterias

A diferencia del aluminio, el zinc es un oligoelemento esencial que necesitamos para vivir. Ayuda en el proceso de curación de las heridas.

Té verde: Propiedades desodorantes

El té matcha: Propiedades antioxidantes / antiinflamatorias.

El ácido silícico: Absorba el sudor. Otorga sensación de sequedad.

Aceite esencial de ciprés: Para casos de producción de sudor excesiva, la reduce un poco pero no la inhibe.

Piedra de alumbre: Se considera uno de los productos más efectivos como desodorante, ya que es un potente bactericida, es de fácil aplicación, de larga duración y no tiene olor.

Aceite esencial del árbol de Té: Es excelente para la eliminación del mal olor, ya que tiene propiedades bactericidas. Varios estudios han demostrado que el aceite esencial del árbol de Té es uno de los desodorantes más eficaces para tratar la sudoración y el mal olor. Aunque puedes utilizar otros de tu prefencia.

En conclusión, Los desodorantes son imprescindibles para una tener una buena higiene corporal todo el año y sobre todo en verano.

(Importante): Aunque se trata de productos naturales, antes de aplicar el tratamiento elegido es importante que lo probemos en una zona pequeña para verificar que no nos produce alergias.

Naturkamo, escuela de

cosmética natural de León

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