Diario de León

La doble historia de la Cenicienta rusa

l La esscritora Ellen Apstein novela la vida de Catalina I, la primera zarina de todas las Rusias

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sergi peralta

La escritora y periodista Ellen Alpsten acaba de publicar en castellano La Zarina, su primera novela, una obra que califica de «doble historia de ‘Cenicienta’» porque retrata el ascenso al trono de Rusia de Catalina I y la transformación del imperio «en el inicio de la moderna superpotencia que conocemos hoy en día».

La primera mujer en gobernar Rusia, Marta Samuilovna Skavronskaya (1684-1727), nombre de nacimiento de Catalina I, hija ilegítima de un siervo, se crió en la absoluta pobreza y pasó su juventud trabajando como criada hasta que conoció al zar Pedro el Grande.

Amante, esposa y, tras la muerte del zar, emperatriz de toda Rusia, Catalina I «sentó las bases de todo lo que vino después, de un siglo de dominio femenino», describe en una entrevista con Efe Ellen Alpsten (Kitale, Kenia, 1971), a lo que añade: «Ayudó a establecer la idea de que las mujeres también pueden gobernar».

A pesar de que no considera a la zarina una figura «feminista», un término que no nacería hasta siglos más tarde, la autora reconoce que existía una cierta «igualdad» en su relación con Pedro I, quien la consideraba «su mejor amiga y consejera».

Amantes y casados en secreto, Catalina I y Pedro el Grande no contraerían nupcias de manera oficial hasta 1712, cuando ella «se lo ganó», después de que la zarina hiciera entrega de sus joyas, «todo lo que tenía», al Sultán Ahmed III para negociar la huida del ejército ruso del asedio a que estaba sometido por parte de los otomanos durante la Campaña del río Prut (1710-11). «Cuando la coronó, Pedro se encargó de que en cada calle se interpretara una obra de teatro bíblica sobre el rey persa Asuero y su esposa, Ester, quien era extranjera y se había convertido en su mejor consejera», explica Alpsten, lo que califica de «primer ejercicio de relaciones públicas para explicar por qué se casó con Catalina».

La escritora considera que La Zarina, a pesar de ser una novela histórica, tiene un toque de actualidad, ya que es «una historia moderna de ‘sí, puedo’, una historia de no rendirse jamás, de seguir adelante y de creer en tus sueños».

Ve en la modelo rusa Natalia Vodianova un ejemplo de «zarina moderna»; una chica que empezó vendiendo frutas y verduras en un mercado de su Nizhny Novgorod natal, que ha tenido una carrera en modelaje y que está casada con Antoine Arnault, hijo del hombre más rico de Francia. Alpsten explica que ella descubrió a Catalina I a la edad de 13 años, en un libro que encontró en la biblioteca de sus padres, y que quedó fascinada «por su pura voluntad de sobrevivir» y por «vencer a este destino que jugaba en su contra».

La periodista define la figura de la zarina como «el ascenso de sirvienta a emperatriz superando cualquier obstáculo; el absoluto deseo de sobrevivir, y su fuerza y optimismo. Siempre encuentra, una y otra vez, la manera de volver a ver el amanecer».

Alpsten bromea sobre la fortaleza de Catalina I para enfrentarse a su propio destino y declara que sería una imbatible luchadora profesional: «Haría llorar fácilmente a The Rock». Debido a sus orígenes humildes, se podría esperar que Catalina I intentara promover una mejora de la situación de la clase baja, pero Alpsten considera que, de hacerlo, «habría perdido todo el poder, porque la aristocracia rusa subsistía de sus centenares o miles de criados que trabajaban para ellos».

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