Ni rastro de un baby boom por el confinamiento
En diciembre de 2020 nacieron 23.226 niños, el mínimo en un mes desde los años 40; en León se tocó suelo en enero de 2021 con 144 alumbramientos y tan solo 157 en diciembre de 2020
El confinamiento que comenzó a mediados de marzo del año pasado no ha traído nueve meses después un baby boom, como podía caber esperar, sino todo lo contrario, como aventuraban algunos expertos con los que ha consultado Efe: en diciembre de 2020 nacieron 23.226 niños, el mínimo en un mes desde los años 40. La provincia de León tocó suelo en el mes de enero de 2021 con 144 nacimientos y tan solo 157 en diciembre, frente a los 206 de enero de 2020 y los 181 de diciembre de 2019.
Los datos fueron publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha puesto en marcha una operación experimental dedicada a la estimación mensual del número de nacimientos y que de momento pone de relieve ese mínimo histórico, que habrá que ver si perdura en el tiempo. Los expertos creen que hay que esperar unos meses para ver si este mínimo se consolida o responde a los momentos de «pánico e incertidumbre» que se vivieron en la peor situación de la pandemia, como apunta a Efe Alejandro Macarrón, director de la Fundación Renacimiento Demográfico, una organización independiente sin afiliación política ni religiosa, preocupada por las consecuencias de la natalidad y el envejecimiento de la población.
«Creíamos que iba a ver un baby boom porque la gente se iba a juntar más, pero ha primado el ambiente de zozobra e incertidumbre que se creó y que hizo que los ciudadanos amplificaran las dificultades, que existen para poder tener hijos», señala este ingeniero y consultor, coordinador del Observatorio Demográfico CEU.
Las dificultades son de todos conocidas, tal y como recuerda el experto: desempleo, estabilidad laboral tardía o falta de medidas para apoyar la natalidad y la conciliación laboral y familiar de los padres, entre otras. Pero detrás de esa constante tendencia a la baja de la natalidad desde hace varios años está de forma determinante, según el experto, «una tendencia de desvaloración de lo que es tener niños, de la maternidad y la paternidad».