Los planes de emancipación de hunden con la pandemia
Un tercio de los chicos se inspira en el porno como escuela de sexualidad
La lucha contra el cambio climático y por la igualdad de género son las dos banderas generacionales de la juventud española. Los planes de emancipación se hunden con la pandemia, pese a que los españoles ya eran los europeos que más tarde se iban de casa.
El Instituto de la Juventud ha lanzado una alerta de calado. Cada vez son más los chicos que usan el porno como escuela de sexualidad y como espejo en el que mirarse. Un tercio de los españoles de entre 15 y 29 años y un 24% de las chicas confiesan "inspirarse" mucho o bastante en estos productos a la hora de mantener sus relaciones sexuales. Es uno de los resultados más preocupantes de la radiografía de esta generación realizada por el Injuve con dos encuestas (2019 y 2020) a 6.500 jóvenes de todas las autonomías.
El peso del porno entre los jóvenes no debe extrañar si se tiene en cuenta que su consumo es generalizado. Hasta el 85% de los varones han accedido a estos productos alguna vez en su vida -por el 50% de la mujeres- y más de la mitad de ellos ve vídeos cada semana (el 10% de ellas). El estudio también refleja que tanto el consumo como la influencia de la industria del sexo es muy superior entre los jóvenes con menor nivel de estudios.
El mismo documento aporta dos datos que apuntan a que el fenómeno no es inocuo. La edad media de inicio sexual en España es cada vez más temprana. El año pasado se situó en los 16,2 años, un año menos que hace solo tres ejercicios. En 2017 la iniciación se producía a los 17 años. Y, lo que es más inquietante, recoge que el 10% de las relaciones sexuales de los jóvenes españoles fueron no consentidas -o no las querían o llegaron más lejos de lo deseado-, con un claro sesgo de género y de identidad sexual. El no consentimiento alcanza al 11% de las chicas -por el 5,4% entre ellos- y sube al 17% entre los no heterosexuales (frente al 6,1% de los 'heteros').
El 11% recurrió a prostitutas
El capítulo de sexualidad revela que el 25% de adolescentes y jóvenes no se identifica con las categorías de femenino y masculino y que el 16% no es heterosexual. También aporta otro dato llamativo. El 11% de los varones de estas edades ha hecho uso de la prostitución, por solo el 1% de las chicas. El pago por servicios sexuales aumenta con la edad, pero también entre los que se declaran creyentes.
El estudio deja claro que la lucha contra el cambio climático y por la igualdad de género son las banderas generacionales de la juventud española. Este grupo de edad coloca ambos temas en la cúspide de su ranking de importancia, junto al trabajo y la vivienda. De hecho, cuando dicen por qué asuntos se han movilizado (protestas, huelgas), el 38% de las veces fue por la igualdad entre hombres y mujeres, el 15,5% por la educación, y el 14,9% contra el cambio climático.
Ocho de cada diez creen que desterrar la violencia de género es uno de los asuntos más relevantes, apoyan las políticas contra la brecha salarial y los techos de cristal, y entre el 70% y el 90% (con las chicas en la zona alta) rechazan actos de control sobre la pareja, como criticar su ropa, mirar su móvil o tener celos. De igual manera, cuatro de cada cinco jóvenes apuestan por mejorar el medio ambiente y para la mitad es su "preocupación máxima", el triple que para los adultos. El grupo más activista son la 'generación Greta', los de 14 a 19 años.
Un tercer aspecto que subraya la radiografía es que el 66% de los jóvenes están convenidos de que van a tener una vida más dura que sus padres. Su tasa de temporalidad laboral es 30 puntos más alta que la general y el 40% ve poco probable encontrar trabajo en un año. La recesión desatada por la covid ha consolidado la 'década perdida' -las dos crisis encadenadas- y ha tenido otra consecuencia directa en la juventud. Ha hundido los proyectos de emancipación. El porcentaje de quienes aún viviendo con sus padres preveían volar pronto del nido cayó 15 puntos con la pandemia. En 2019 eran el 48% y el verano pasado bajaron al 32,8%. La tendencia agrava una de las características definitorias de la juventud española, como es su tardía edad de emancipación. Está a la cola de Europa. Poco más de 26 años en la UE, 29,5 años de media en España.
Entre los muchos aspectos captados por el sondeo está también que seis de cada diez estudiantes creen que la proliferación de la enseñanza telemática obligada por la covid ha "mermado significativamente" su aprovechamiento académico y el 11,2% piensa que ha aprendido menos de la mitad que otros cursos.