La poeta portentosa que se resiste al olvido
Mercedes Rojo coordina a 33 mujeres que rinden tributo a la poeta cacabelense Manuela López Lobo sapiens publica una antología en la que participan 33 escritoras y que cuenta con las aportaciones de varias figuras, dando lugar a una publicación de 350 páginas que bajo el título ‘Manuela López. Una vida, una obra
La escritora Mercedes Rojo acaba de presentar con Lobo Sapiens un tributo literario a Manolita López, una de las poetas españolas más desconocidas. Y eso a pesar de que en Cacabelos, su ciudad natal, fue una personalidad de las Letras y la Pedagogía, así, con mayúsculas. Juan Carlos Mestre la define como «la más delicada poeta que he conocido» y recuerda que él tenía 14 años la primera vez que escuchó sus versos. «Sus poemas hablaban de las cosas bellas que aún sobrevivían al daño, palabras llenas de luz que acercaban una lámpara de infinita piedad a la perdurable huella de un dolor que empañó su tiempo en el mundo».
Y es que la vida fue un lugar atribulado y doloroso para Manolita. Durante la guerra le fue arrebatado su marido, fusilado por los falangistas, y Manolita se convirtió en una viuda embarazada de cinco meses. Después, otras desgracias caerían sobre ella una tras otra. Se refugió en la familia, en los niños y en la escritura, que no compartió editorialmente hasta bien entrada en edad.
Manuel López nace en Cacabelos y tras pasar su infancia y juventud en esta localidad, se traslada a León y posteriormente a Madrid para iniciar sus estudios en Magisterio. A raíz de su etapa en Madrid tendrá la posibilidad de conocer los principios metodológicos y didácticos más progresistas del momento. Esto será gracias a su estancia en la residencia de Señoritas, dependiente de la Institución Libre de Enseñanza.
No estamos ante una obra improvisada, sino que la deja macerar, vuelve sobre ella y la da por finiquitada o todavía no
Estampas de la vida de Manuela López, en la que puede contemplarse las diferentes etapas que atravesó a lo largo de los años, desde su juventud y noviazgo con su marido asesinado por Franco, pasando por su madurez con su hijo y su madre, con Juan Carlos Mestre o en algunas imágenes de su ancianidad. La imagen que peside las páginas corresponde a la obra ‘Brumas’, obra de Olga Orallo. ARCHIVO FAMILIAR
El inicio de la Guerra Civil le impide finalizar su carrera, por lo que tras su comienzo regresa a Cacabelos. A pesar de su pasión por la literatura y su prolífica actividad poética, no fue hasta que cumplió 67 años, en 1977, cuando publicará su primer poemario Cauce para un latido al que seguirán otros muchos como Caminos de soledad en 1982, Caminito de papel en 1987, Tiempo de entrega en 1989, o Intimidades en 1993, siendo Entre brumas su última obra ya en 2003.
En toda esta obra poética, profunda y extensa, da rienda suelta a sus sentimientos desarrollados a lo largo de su vida en torno a la soledad entre otros temas. Gran parte de su obra poética la escribió en Astorga, ciudad en la que residió tras su jubilación como maestra y la muerte de su segundo marido. Su docencia la realizó principalmente entre tierras bercianas y gallegas, volviendo a vivir los últimos años de su vida en Cacabelos.
Afirma Juan Carlos Mestre que en la escritura de Manuela se aúna «la melódica ondulación de un paisaje transmutado, como en la melancólica novela de Gil y Carrasco, en conciencia de un pueblo simbólico, voces de la naturaleza en que susurran los árboles y articulan sus vocales los pájaros, el canto de las aguas y el viento como una epifanía del lenguaje poético». Basten dos versos para hacer cierta la frase del poeta: «Septiembre y lluvia. Septiembre ladrón de la dicha»...
La vida de Manuela está llena de vicisitudes y enlaza con aquellas otras conocidas hoy como las ‘Sin sombrero’, un grupo de mujeres españolas que tuvieron la ‘osadía’ de quedarse con la cabeza descubierta. Entre ellas, Maruja Mallo, Margarita Manso, María Zambrano, o Delhy Tejero.
En el libro han participado, entre otros, Rogelio Blanco, filósofo y antropólogo, el poeta Juan Carlos Mestre, Marifé Santiago Bolaños, Carmen Busmayor o el cantautor Paco Damas. Todos ellos realizan un acercamiento literario e histórico a la poeta leonesa que se suma a los homenajes literarios de 33 mujeres leonesas, entre las que están la periodista Ana Gaitero, la poeta Julia Conejo o Sol Gómez Arteaga.
Uno de los escritores que mejor la conoció fue Carmen Busmayor. En la obra, destaca que su creación poética es considerable. «Sus libros y cuadernillos poseen, además, calidad (...) No estamos ante una obra improvisada, hecha repentinamente, sino que la deja macerar, vuelve sobre ella y entonces, toma la decisión de darla por finiquitado o todavía no». Rogelio Blanco revela que Manolita, tras la detención de su marido, escribió «suplicante» a Franco para pedirle clemencia. Es entonces cuando se refugia en la creación literaria, «que será el arma para soportar la soledad».
El que fuera director general del Libro, Archivos y Bibliotecas explica que la poeta no pertenece a un grupo determinado, pero sí a la doliente generación doliente de la posguerra civil. «Siendo un verso libre, desde la aparente sencillez, pudo canalizar el dolor y el amor que albergaba, expresar la angustia causada por fuerzas e imponderables ajenos», defiende el filósofo.