Diario de León

Dormir bien para vivir con calidad

La pandemia nos quitó el sueño

La pandemia ha trastocado hasta el sueño, alterado por el miedo al contagio, la incertidumbre económica, el teletrabajo y el abuso de aparatos electrónicos. Más riesgo de ictus, hipertensión y cardiopatías son el precio de no dormir bien.

León

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El 4% de la población, unas 18.000 personas, sufre apnea del sueño y un 50% de la población ronca. La pandemia ha agudizado los trastornos del sueño, un problema que mina la calidad de vida. Hoy, viernes inmediatamente anterior al equinoccio de la primavera, se celebra el Día Mundial del Sueño bajo el lema «Sueño regular para un futuro saludable».

La Asociación Mundial de Medicina del Sueño, que instauró este día en 2008, quiere sensibilizar a la población sobre la importancia del buen dormir y para buscar las causas y los síntomas de la falta de sueño porque «repercute en nuestra salud si no se trata bien», apunta el doctor José Enrique Gavela, especialista en aparato respiratorio por el Hospital Clinic de Barcelona y facultativo especialista en neumología del Caule, donde lleva la Unidad del Sueño.

Un sueño regular aumenta la calidad de vida notablemente. Sin embargo, los trastornos del sueño «han aumentado con la pandemia» en términos que aún no se pueden cuantificar pero que se van viendo en la demanda de consultas a especialistas. «El miedo al contagio y la incertidumbre económica generan estrés, ansiedad y depresión y todo ello produce un impacto negativo en el descanso», explica Gavela.

Las causas hay que buscarlas en el cambio de rutinas debido al teletrabajo, la disminución de la actividad física durante el confinamiento, el aislamiento social, el aumento de peso y el abuso a los dipositivos electrónicos. «La luz azul de los móviles produce un sueño más ligero y nos despertamos más durante la noche. Es un sueño no reparador», añade.

Las consecuencias del mal dormir se enumeran fácilmente, pero a quien las sufre le pesan como una losa a lo largo del día. Cansancio, falta de memoria e irritabilidad. La forma más grave de los trastornos es la apnea obstructiva del sueño, que cursa con paradas respiratorias de la vía aérea superior, disminuye la saturación y produce ronquidos. Por la mañana se sufre excesiva somnolencia.

La apnea del sueño es uno de los desencadenantes principales de la aparición de hipertensión arterial no esencial y aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares tipo ictus, las arritimias y la arterioesclerosis. En el Hospital de León se realizan cada año unas 400 pruebas de aopneas del sueño, cifra que ha disminuido con la pandemia al tener que paralizarse este servicio por la contingencia del covid en el ámbito hospitalario y en concreto en el Servicio de Neumología. Se han realizado estudios del sueño en el domicilio sobre todo entre pacientes de alto riesgo como son conductores profesionales. Esta modalidad emergente se considera más cómoda para los pacientes. Como los aparatos se pueden trasladar para los pacientes es más cómodo que no tener que subir a dormir al hospital.

Cuando una persona da positivo en apnea, el tratamiento indicado es el Cpap, Se trata de un dispositivo con turbina de aire y mascarilla que evita el colapso de la vía aérea superior.

Para prevenir los trastornos leves del sueño se aconseja no ir a la cama con el teléfono móvil. Mantener una buena rutina e higiene del sueño, como es acostarse y levantarse a la misma hora, hacer siestas cortas o no hacerlas, cuidar la temperatura, el ruido y la luz y hacer ejercicio y comer saludablemente.

Hay que evitar hacer ejercicio intenso antes de acostarse, no comer mucho en las dos o tres horas antes de dormir y evitar la ingesta copiosa de alcohol dos o tres horas antes de dormir. Mantener una temperatura cómoda para dormir y ventilar la habitación son otras de las cosas que ayudan a reunir las condiciones adecuadas para un sueño reparador. Los expertos aconsejan reservar la cama para dormir y tener sexo y evitar usarla como oficina.

Cuando las cosas no mejoran hay que acudir a la ayuda a médica, a través de la medicina familiar o con especialistas.

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