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La huerta como alternativa al maíz

La Comunidad de Regantes del Canal Alto de Villares está involucrada en la modernización de sus más de 2.000 hectáreas como el único camino para garantizar el futuro de su agricultura

Campo de hortalizas en la zona de la Comunidad de Regantes del Canal Alto de Villares. DL

León

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La Comunidad de Regantes del Canal Alto de Villares abarca una superficie de 2.251 hectáreas repartidas entre las localidades de Villares de Órbigo, Santibáñez de Valdeiglesias, Villarejo de Órbigo, Estébanez de la Calzada, Posadilla de la Vega, Villoria de Órbigo, Villagarcía de la Vega, San Cristóbal de la Polantera, Santibáñez de la Isla, Huerga de Garaballes, Matilla de la Vega y Santa María de la Isla. Cuenta con unos 200 agricultores.

Ahora está involucrada en el proceso de modernización de sus regadíos, para lo que está a la espera de la aprobación del impacto ambiental y la posterior redacción del proyecto de las obras.

Tienen claro que ese es el camino para que su agricultura se adapte al siglo XXI. La modernización supondrá un mejor aprovechamiento del agua, mayor respeto al medio ambiente, la optimización de los recursos hídricos, la sostenibilidad del planeta, rentabilidad de los tiempos de trabajo, uso adecuado del agua en los momentos que los cultivos la necesitan, ahorro de costes de abonado... en definitiva, lograr una agricultura más eficiente y una mayor calidad de vida para los profesionales del campo. El único camino posible para la supervivencia del sector de la zona. «Si no hay modernización, los jóvenes se irán». Así de rotundos son sus dirigentes. «Con la modernización podremos asentar población en un mundo rural cada vez más vacío», añaden.

Y es que cuentan, y no se cansan de remarcarlo, con unas tierras privilegiadas, especialmente aptas para los cultivos hortícolas o «de boca», como ellos llaman. La zona lleva años demostrando ser inmejorable para el cultivo de patata y hortalizas. «Nuestra tierra les porta un sabor especial», señalan.

Tan convencidos están de los beneficios que traerá consigo la modernización de sus regadíos que afirman con rotundidad estar que cuando llegue «esperamos que el 70% de los cultivos sean hortícolas».

La huerta como alternativa al monocultivo del maíz tan asentado en la mayoría de las amplias zonas de regadío de la provincia de León. La horticultura como esperanza de asentamiento de pequeñas industrias transformadoras que sean capaces de asentar población. Un reto, una ilusión, el convencimiento de que ésta es la única vía posible.