cartas al director
c Luis Alberto Rodríguez Arroyo escribe ‘¿Adelantar elecciones? No, gracias’: «En esta nueva forma de ejercer la política en la que los candidatos no buscan convencer a nadie, sino mantener la polarización y radicalizar a los ya afines, adelantar elecciones no parece una solución brillante para afianzarse en ningún puesto, salvo que una moción de censura —legal aunque siempre oportunista— revolotee cual buitre sobre el mismo. Ya lo procuró Rajoy en 2016 consiguiendo únicamente mantener un Gobierno en similar minoría al ejercido en funciones durante 2015. Y del mismo modo lo intentó Pedro Sánchez en 2020, cuando erró en sus cuentas y lejos de afianzar sus apoyos perdió tres escaños. Sin embargo a Isabel Díaz Ayuso no le ha quedado más opción tras atisbar los vientos murcianos. A pesar de ello su firmeza —injustamente discutida por los más ideologizados— frente a las añagazas que llegan desde La Moncloa y su resistencia a vender humo populista para los madrileños, prevén un resultado mejor al que ya ostentaba. No es una política al uso. Y es que en la actualidad el adelanto de elecciones sólo lo contemplan con buenos ojos aquellos que han tenido algo que ofrecer durante el escaso tiempo que han desarrollado el puesto de responsabilidad. Quizá por ello Iván Redondo y el presidente Sánchez huyen de cualquier cuestión relacionada con que la presente legislatura acabe prematuramente. Algo va mal cuando temes a las urnas».
c Prisciliano Castillo Arredondo critica las ‘Sanciones efectivas’: «Entre las últimas noticias produce rabia e indignación lo de las fiestas, botellones y reuniones denunciadas por la policía. Uno se pregunta si las sanciones que dicen se les aplica, de verdad se hacen efectivas o si después son sobreseídas. Ante la situación que estos descerebrados están produciendo, que nos traerán la cuarta ola y la quinta y las que vengan, ¿no es hora de establecer otras sanciones más efectivas que disuadan a estos insensatos de semejantes locuras? Yo propongo que se les sancione a servicios de limpieza en las ucis; que vean de cerca las consecuencias de sus irracionalidades y la posibilidad de que ellos terminen ahí entubados; o que sean sus familiares a los que habrán contagiado».
c Domingo Martínez Madrid escribe de ‘La pandemia y contenidos de la educación’: «Sería una pena reducir la actual crisis educativa en el mundo a la cuestión, más o menos instrumental, del empleo de las nuevas tecnologías. No parece discutible su gran aportación práctica en los tiempos más agudos de la expansión del coronavirus. De hecho, sirvió para comprobar el buen uso —no exhaustivo ni excluyente— que venían haciendo de esos recursos los centros educativos de mayor prestigio.
Será necesario siempre aprender y mejorar en la utilización de técnicas que facilitan el trabajo o el estudio o la solución de tantos problemas laborales. Por mi experiencia, he sugerido más de una vez a amigos, profesores de ciencias de la salud, que incluyan algún tipo de programa para que los graduados sepan escribir a máquina con los diez dedos. En el futuro, médicos y enfermeras —y pacientes y acompañantes— ganarían tiempo: podrían dedicar más espacio a ver, oír y charlar con las personas, en vez de luchar con teclas esquivas... Pero los aspectos prácticos son más bien secundarios. Porque la pandemia ha puesto de relieve la insuficiencia de tantas inquietudes personales en la búsqueda del sentido de la propia vida. Ahí la familia y los maestros resultan insustituibles. No ya para «imponer» una visión de la existencia, sino para conducir un aprendizaje que temple la personalidad, forme el carácter y ayude a conocer y vivir las ineludibles limitaciones del ser humano, dando respuesta a su innata capacidad de preguntar».
c Domingo Martínez Madrid recuerda el caso ‘En Baleares, abusos a menores’: «Recuerdan los abusos a menores en Baleares. Unos días después, Bruselas, por el caso de al menos 16 menores que podrían haber sido víctimas directas de abusos, sacaba los colores al Gobierno y le pedía detalles de las medidas que ha tomado para solucionar el caso y prevenir, en la medida de lo posible, que algo así vuelva a suceder, con el ominoso agravante de haberse producido bajo el paraguas de la Administración Pública. Iglesias y Marlaska, ya que no lo han hecho hasta ahora, tienen la oportunidad, Iglesias ya no, de demostrar que, en un caso tan delicado y que produce tanta vergüenza y repudio social, no miran para otro lado, solo porque una parte de la grave responsabilidad apunte esta vez hacia sus colores políticos».
c Martín Sagrera se pregunta ‘De qué se ocupa un presidente’:«Ha trascendido que Zapatero confió a un amigo que le sorprendió que tuviera que ocupar casi la mitad de su tiempo como presidente —dijo el 40%— en defender a las multinacionales españolas. La historia nos ha mostrado cómo perdió su inocente sorpresa y lo que hizo después. Pero lo más importante es que esa confesión pone al desnudo quienes son los que mandan al que teóricamente manda; es decir, a quienes sirve de hecho aquel a quienes los ciudadanos eligieron para que, según las leyes, se ocupara equitativamente de todos ellos».
¿Apoya la Ley de la Eutanasia que ha sido promovida
por el Gobierno?
SÍ 28%
NO 72%
Cree suficiente la respuesta de las administraciones
de León ante los sucesivos recortes
en los servicios ferroviarios?