El aislamiento de España
josé oliva
El historiador Tomás Pérez Vejo, autor del ensayo 3 de julio 1898, considera que en ese año está «el origen del aislamiento e irrelevancia internacional, la débil construcción nacional, la polarización política o el intervencionismo militar» en la España reciente. Pérez Vejo sitúa en el fin del Imperio español esa «visión doliente de una nación fracasada y distinta a las demás europeas», según ha explicado en una entrevista con Efe. En el libro, publicado por Taurus, el autor plantea que «España no perdió, como tradicionalmente se ha dicho, ‘los últimos jirones de su imperio’, sino las únicas colonias ultramarinas que tuvo» y añade que 1898 fue «el fin de un ciclo histórico iniciado con las independencias de los territorios continentales americanos y la conversión de Cuba, al igual que en menor medida Filipinas y Puerto Rico, en las colonias que antes no habían sido».
Explica que la pérdida de los virreinatos de México y Perú no ocasionó una depresión nacional ni tuvo tanta repercusión en la prensa o en la literatura como la de 1898 porque «México y Perú los pierde el Rey católico y Cuba, Puerto Rico y Filipinas, la nación española, y quienes lucharon fueron miles de soldados españoles desplazados desde la Península». En las llamadas guerras de independencia del siglo XIX, añade el historiador, tanto los ejércitos realistas como los independentistas estaban formados mayoritariamente por americanos y «fueron mucho más guerras civiles entre americanos que de independencia contra España». Cita como ejemplo la batalla de Ayacucho, en la que el Ejercito Real del Perú estaba formado por casi 10.000 hombres, menos de 500 de ellos españoles. A su juicio, la alternativa al conflicto habría sido «negociar algún tipo de acuerdo con Estados Unidos y/o los independentistas cubanos, que pasaba por la independencia de Cuba o algún tipo de traspaso de soberanía a favor EE UU.