Alba Flores Robla
Los amores vencidos
Acaba de publicar Azca con el sello Venera.
—¿Quién o qué se esconde detrás de Azca?
—Un enfado dulce por los amores que se truncaron, sobre todo aquellos que se truncaron antes de que les diésemos una oportunidad.
—Has escrito un poemario de amor en unos tiempos en los que parece que el amor no es un motivo literario.
—Hay una cita de Pablo Neruda que le gusta mucho a una de mis mejores amigas y cada poco me la recuerda: «Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida». El amor nos da ternura, nos da paz y calidez. Y en el peor de los casos el amor nos da poemas.
Estos poemas no se escribieron para agradar a nadie aunque ¡claro que preferiría que así fuese!
—¿Es una historia de amor inacabada? ¿No lo son todas?
—En el poemario se cruzan varias historias de amor truncadas, cada una por diferentes motivos. No diría que toda historia de amor es historia inacabada, lo que sí creo es que todos tenemos alguna historia así clavada como una espinita.
—¿Cómo se seguir escribiendo cundo ya se ha alcanzado el éxito?
—Tienes un poco de miedo a decepcionar pero en el fondo no pasa nada. Estos poemas no se escribieron para agradar a nadie aunque claro que preferiría que así fuese! Y de todas formas, tampoco creo que se puediese decir que he alcanzado el éxito.
Se vive más en calma, aunque también noto que me falta algo, que sin escribir no soy tan yo como me gustaría
—Creo que reconozco ese sentimiento, pero en mi caso cabalga ya sobre el caballo de la nostalgia. ¿ Cuál es tu sensación ahora respecto a él?
—Me siento en paz con él y agradecida por haberlo sentido.
— «Odio a tu nueva amiga y en vez te matarla le escribo un poema». Todo en el poemario rezuma buenos sentimientos, como pasa con los primeros amores, los primeros sinsabores, las primeras decepciones.
—¡Estaba celosa cuando escribí ese poema!
—¿Pesan más los recuerdos que haberlo vivido?
—Ahora ya no! Lo recuerdo todo con agradecimiento.
—Requiem me recuerda a Piedra negra sobre una piedra blanca, de César Vallejo. ¿Crees que todos cargamos con el recuerdo de la muerte?
—Al contrario, diría que cargamos con el recuerdo de la vida.
—¿Se vive mejor sin necesidad de expresar nada?
—Se vive más en calma, aunque también noto que me falta algo, que sin escribir no soy tan yo como me gustaría.