Cuadrando hasta la última dosis
Narciso García Botas, de 80 años, y Paula de Abajo Botas, de 83, recibieron ayer las dos dosis sobrantes de vacuna Pfizer en el Palacio de Exposiciones de León. Les habían avisado el día anterior porque podía sobrar una dosis, pero al final pudieron poner la primera dosis al matrimonio. Su hijo les trajo desde Trobajo del Camino pasadas las dos de la tarde: «Teníamos unas ganas. Muchísimas», afirmaban con la sonrisa en la boca y sin dejar de agradecer que por fin llegara el pinchazo de la vacuna anticovid a sus brazos. «Había ido al ambulatorio a preguntar, porque ya se me hacía largo», decía el hombre. «Esto ha sido una sorpresa», afirmaban.
A la puerta de casa vacunaban ayer a vecinos de más de 80 años del barrio de Pinilla. Una buena parte eran residentes de la Casona, el gran edificio que se sitúa justo enfrente del centro de salud.
Entre las 12 y las 13.00 horas —con un retraso de un cuarto de hora en el inicio de la vacunación— fueron vacunadas más de medio centenar de personas. «Esperamos un cuarto de hora, pero mi madre va vacunada», comentaba una de las primeras de la fila. «Un cuidado menos», dijeron madre e hija. Ahora a esperar a la segunda dosis.
Otras personas se impacientaron porque tenían que esperar de pie y por las dificultades para subir las escaleras. «Yo no quería vacunarme por todo lo que oigo», afirmó Enma Alicia Riesco, una mujer, vecina de la Casona, a la que su hija trasladó en silla de ruedas. «Hay que vacunarse porque nos exponemos a que en cualquier momento le traigamos nosotros lo que no hace falta», señaló su hija Pilar.
La vacunación de la población de más de 80 años se prevé finalizar la semana próxima en la provincia.