Todo es peligroso en la isla

alfonso garcía

Se casan en La Habana Cata y Soto. Paloma era «la única pariente de la novia [su tía] que había venido de España». Paloma viaja con los recién casados y unos amigos a Puerto Madre, donde los novios, separados del grupo en un hotel de lujo, pasarán su luna de miel. El grupo de amigos, una pandilla de cinco jovencitos, quedan en La Chingolina, donde vive la familia de Maruchi, una «zona de farallones y caletas», un pueblecito de pescadores cerca de la Isla de las Alucinaciones, donde nada es lo que parece.

Aquí empieza en realidad la verdadera historia contada en este libro, interesante y atractivo. La pandilla se verá envuelta en una apasionante aventura al tratar de descifrar el enigma de esta isla históricamente ligada al tráfico de seres humanos, aunque hay más, mucho más cuando el hilo empieza a desenredarse de la madeja… También en la pandilla aparecen intereses, predilecciones, incluso ciertas tensiones entre Maruchi y Paloma por conquistar el amor de Jorge. Paloma, sorprendida por tantas situaciones y cosas nuevas, lo graba todo en su «Querido Diario», que, en el fondo, significa una mirada a Cuba y su realidad, a las diferencias entre el castellano de España y el de la isla caribeña, el respeto por la identidad y la diversidad cultural («Todos debemos hacer un esfuerzo… La cohabitación entre personas con intereses y valores distintos siempre exige tolerancia y flexibilidad», opina Carbó, uno de los amigos).

La novela juvenil, con abundantes diálogos, se apoya en una prosa rica, llena de fortaleza y precisión. Esto, unido al desarrollo de la historia, provoca un creciente interés, sobre todo después de que la misteriosa Mamá Chong hubiese recomendado especial prudencia en la isla a Maruchi y Paloma. El tono de misterio y de intrepidez no desaparece en ningún momento. Está cargado de sorpresas.