El Gobierno reconoce ante Bruselas que el turismo y la hostelería no se recuperarán hasta 2023

La regla número uno a la hora de reducir los contagios de coronavirus es evitar la interacción social. Por ello, la hostelería y el turismo, que precisamente basan toda su actividad en ello, han sufrido un desplome de su facturación como nunca antes. Los hosteleros han perdido el 70% de sus ventas solo en este 2021 y el sector turístico calcula que desde abril de 2020 se han perdido 116.000 millones de euros por una actividad un 75% inferior a la de un año antes.

El proceso de vacunación hará posible que este año se vayan levantando progresivamente las restricciones y el consumo privado se impulse. El Gobierno calcula que el consumo será el "principal motor" de la recuperación económica, creciendo en torno al 7% anual durante 2021 y 2022 y "posibilitando una normalización" de la tasa de ahorro de los hogares ya en 2024, que ahora está en máximos históricos. Así lo explica el Ejecutivo en su Plan de Estabilidad remitido a Bruselas este viernes, donde indica que a partir de 2023 el consumo "ralentizará" su ritmo de avance acompasándose a la positiva evolución de la tasa de empleo, el aumento de los salarios y a la reducción del ahorro.

En este sentido, el Gobierno reconoce en el documento que hay ciertos sectores que "apenas se han visto afectados por la crisis" o incluso han crecido en 2020, pero que otros más sensibles a las restricciones adoptadas, como la hostelería, el transporte y las actividades recreativas han caído más que el conjunto de la economía. Y aunque confían en que la vacunación y la puesta en marcha del Plan de Recuperación con los fondos europeos permitan que la mayoría de sectores recuperen su nivel de actividad precrisis en 2021 y lo superen en 2022, la hostelería cerrará 2022 sin haber alcanzado su actividad prepandemia.

"Al estar muy vinculada a la evolución del sector turístico", no será hasta el segundo semestre de 2022 cuando comiencen a ver la luz al final del túnel, explica el Gobierno en el Plan de Estabilidad. Añade que la paulatina recuperación del turismo hace prever que los sectores más vulnerables (hostelería, transporte y ocio) registren un nivel de actividad en 2021 aún un 25% por debajo de 2019, y en 2022 el 'gap' será del 8%, aunque del 10% en el caso concreto de la hostelería.

El proceso de vacunación a nivel europeo hace prever que la recuperación de la actividad turística llegue a partir del tercer trimestre de este año, que cerrará en torno al 40% de su nivel precrisis. Esta evolución permitirá "apuntalar" la recuperación económica de aquellos sectores más golpeados por la pandemia. Así, para el conjunto de 2021 prevén que la actividad turística recupere el 42,4% de su nivel anterior, lo que implicaría una mejora de más de 10 puntos frente al registro de 2020 (32%).

Impacto en el empleo

La incidencia de estos sectores en la economía española hacen que la difícil situación por la que atraviesan se traslade de forma negativa a los datos de empleo. Es cierto que medidas como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o el apoyo en materia de liquidez a través de los préstamos avalados por el ICO han ayudado a limitar el impacto sobre las cifras de desempleo. Pero las mismas previsiones que el Gobierno incluye en el Plan de Estabilidad dejan claro que, pese a todo, tardaremos años en recuperar la estabilidad laboral. En concreto, el Ejecutivo prevé un descenso de la tasa de paro muy gradual, pasando del 15,5% en 2020, al 15,2 este año, el 14,1% en 2022 y el 13,2% en 2023, situándose aún en el 12,7% en 2024. Y todo contando con que el Plan de Recuperación -que destinará 3.400 millones de euros al sector turístico- impacte según lo previsto en la actividad, con la previsión de que los fondos ayuden a crear 800.000 empleos en los próximos tres años en toda la economía.

La buena ejecución de estos fondos será clave para la recuperación, sobre todo después de que el Gobierno haya transmitido a Bruselas en el Plan de Estabilidad su previsión de "finalización" a partir de 2022 "de todas las medidas de ámbito laboral adoptadas para combatir la emergencia sanitaria". Entre ellas, apunta a las prestaciones por cese de actividad, la exoneración de cuotas de la Seguridad Social y ertes, o la incapacidad total por sufrir la enfermedad.