Vacunación
Alivio en el Bierzo: «Ahora voy a poder ver más a mis padres»
María y Ulpiano, matrimonio de Igüeña de 70 años, acaban de empezar a hacer la cola para vacunarse en el pabellón Lydia Valentín de Ponferrada. Son las cuatro de la tarde y hay menos aglomeraciones que una hora atrás, cuando el Sacyl comenzó a vacunar a los nacidos en 1951 en el Bierzo. «Ahora voy a poder ver más a mis padres», cuenta con alivio su hija Rosana, que ha subido a Igüeña desde Ponferrada para traerlos.
Porque alivio era la sensación generalizada en la cola y en los aledaños del pabellón Lydia Valentín entre los citados y sus familiares. «Antes subía cada poco y comía con ellos. Desde la pandemia lo hago una vez al mes o cada dos meses y me quedo poco. Ahora voy a poder tener una sobremesa tranquila con mis padres», repite Rosana.
Una sensación parecida sentían Julia, recién vacunada, y su hijo Víctor, mientras arrancaban su coche para regresar a Bembibre. «Nosotros tenemos coche y no hay problema pero habrá quien no lo tenga», afirma Víctor cuando le preguntan si no les ha molestado que la vacunación no se realice en el centro de salud. En tres semanas, segunda dosis.
Con el auxilio de cinco voluntarios de Protección Civil, con vallas entre el pabellón y el estadio Colomán Trabado para garantizar la distancia de seguridad, la vacunación se prolongó ayer hasta las nueve de la noche. Hoy les toca a los nacidos en 1959.