ALTA ARTESANÍA
Interiorista de formación y diseñador de vocación, Guillermo Román es el creativo tras la firma Candelas y Felipa, una marca que nace de la fusión entre arte, moda y «alta artesanía», concepto del que es precursor y a través del cual aúna costura y producción local
El resultado son prendas que evocan desde la obra de Sorolla a Cristóbal Balenciaga o la cultura japonesa. La presentadora Raquel Sánchez Silva, la nueva chica Almodóvar Milena Smit o las actrices Yanny Prado y Jedet son algunas de las que optan por las creaciones de Guillermo Román para Candelas y Felipa, una firma que se consolida en la moda española y que surgió como un homenaje a su tradición familiar y también a sus raíces en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), donde con 22 años abrió su propio atelier de costura. Al diseñador manchego nacido en 1992 la vocación le llegó sin ser apenas consciente: «Mi madre es patronista y modista profesional, de pequeño la veía hacer sus vestidos y jugaba con los retales que sobraban, pero no me había planteado ser diseñador», explica el creador a Efe en una entrevista sobre la herencia de su familia, que acabó por ser también su proyecto. Román, que se formó como interiorista, reconoce que siempre ha estado «vinculado a la arquitectura», razón por la que el trabajo de Cristóbal Balenciaga es uno de sus referentes. «En mis proyectos de interiorismo siempre dibujaba mujeres con vestidos elaborados, y los profesores me echaban alguna bronca (...). Un día, una amiga de la carrera me dijo que se casaba y quería que le hiciera el vestido», recuerda sobre su primera clienta, con cuya creación debutó en Telva Novias.
En 2014 y tan solo dos días después de graduarse en sus estudios, montó su taller de costura en Alcázar de San Juan, que es además de uno de sus ejes inspiracionales, el motor de su marca: «Mi firma es un homenaje a Alcázar, donde siempre ha habido muchos talleres», apunta haciendo referencia al de la firma Jesús del Pozo, entre otros, como el de dos de sus familiares, que dan nombre a su proyecto.
El diseñador tuvo claro que quería «recuperar el legado» de la tradición de su tierra, que «mantiene vivas zonas de España que pueden tender a entrar en letargo y crea tejido productivo». Una forma de crear moda que el manchego define como «alta artesanía», término que introdujo hace años y que comienza a salpicar producciones de moda en la actualidad: «No podía hacer alta costura porque no estoy en París, y tampoco soy artesano como tal, así que pensé en este término, que me fue imposible patentar debido a que son dos palabras de uso común», desgrana sobre el concepto de su marca, al que ahora otras muchas se suman.
El concepto va en sintonía con la «moda lenta» que aboga por la producción artesana con productos de calidad, y que materializa en diseños que buscan «reflejar la unión de la moda, la artesanía y el arte». El resultado, son creaciones que beben de inspiraciones como Sorolla, la cultura japonesa, Balenciaga o su propia tierra natal.
CANDELAS Y FELIPA. El nombre de la marca está tomado de dos tías modistas de su madre que murieron en 1940 con tan solo 22 y 25 años como homenaje a las mujeres olvidadas OPORTUNIDADES. Para Román, el mayor reto de emprender como diseñador joven reside en la falta de oportunidades: «Creo que nos cuesta darle oportunidades al que empieza, falta que nos tomen en serio, dise TRADICIÓN. El diseñador tuvo claro que quería «recuperar el legado» de la tradición de su tierra y también de su familia. FANS. Sus diseños han seducido a Raquel Sánchez Silva, a la última chica Almodóvar Milena Smit o a la artista Jedet