Diario de León

Autistas sin discapacidad intelectual

«Necesito más tiempo, pero mi trabajo es bueno»

Personas con espectro autista sin discapacidad intelectual recuperan los talleres presenciales en habilidades sociolaborales en el centro de recursos Pilar Vallez. Entre los aspirantes hay jóvenes con carrera universitaria, FP, módulos y cursos. Con un 90% de desempleo, las personas con autismo son el colectivo con más paro.

Diego Materos quiere abrir un taller de mecánica. FERNANDO OTERO

Diego Materos quiere abrir un taller de mecánica. FERNANDO OTERO

León

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La constancia y la persistencia son cualidades que se posicionan con peso en una balanza poco valorada por el mercado laboral que carece de recursos para aprovechar el singular talento de las personas con espectro autista (TEA) que no tienen discapacidad intelectual. La Asociación Autismo León recupera los talleres de formación presencial aplazados en marzo de 2020 por la pandemia del covid-19. En las instalaciones del centro de recursos Pilar Vallez, pionero en la especialización de personas adultas con TEA, refuerzan y potencian habilidades sociolaborales cinco personas con distinta formación. Otras dos siguen los talleres online. Todas están desempleadas y, la mayoría, con conocimientos académicos, pero sólo han realizado prácticas no remuneradas. Los datos recogidos por Autismo Europa indican que un 90% de las personas adultas con TEA no encuentran empleo. Son el colectivo de la discapacidad con una tasa de paro más elevada.

Es el caso de Diana del Olmo, de 31 años. Graduada en Información y Documentación por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León, está a la espera de un trabajo remunerado. «Me gustaría trabajar en cualquier biblioteca o en centros de documentación y archivos, que es para lo que he estudiado. He hecho prácticas no remuneradas en la Universidad. y la Biblioteca de León Lo que más me gusta de mi profesión es catalogar libros, sobre todo en la sección infantil y juvenil. A las empresas les diría que soy una chica muy trabajadora. En este taller aprendo herramientas para encontrar empleo. Y tengo más aficiones, como salir con mis amigos a tomar algo y a los juegos de mesa».

El 30% de las personas que atienden en Autismo León son mayores de edad, porcentaje que aumentará al 48 % dentro de dos años. España no tiene cifras oficiales . «Somos el único colectivo que no tiene registro oficial y las repercusiones afectan tanto a las personas con TEA como a sus familias», explica Ana López, gerente de la asociación. Las administraciones no utilizan el código del TEA de manera adecuada, tal y como recomienda la OMS, «lo que impide que se puedan beneficiar de desarrollos normativos en educación, servicios sociales, empleo, sanidad y dependencia». Las entidades luchan para que la administración use el código adecuado para el espectro, que es el 6A02. «Este retraso en la aplicación impide que se puedan beneficiar de las plazas disponibles para personas con discapacidad, porque ellos no tienen ningún grado reconocido, porque no tienen discapacidad intelectual, pero el espectro autista sí les condiciona en relaciones sociolaborales», asegura López.

Uno de cada cien

El TEA afecta a uno de cada cien nacidos. Según esta estadística, en León nacen al año una media de treinta criaturas con un trastorno con el que conviven actualmente 4.500 leoneses. «Si tenemos en cuenta el gran impacto familiar estaríamos hablando de 13.500 personas en la provincia».

En esa búsqueda de empleo está Rodrigo Balbuena Ordás, de 43 años, Técnico Superior en Restauración. Está en la bolsa de empleo para la cocina del Hospital y para Correos. Ha trabajado en una escuela de educación infantil como ayudante de cocina y también de camarero. «Las empresas buscan rapidez, organización e iniciativa. Yo estoy perfectamente preparado, pero necesito más tiempo de adaptación para autoorganizarme, pero después el trabajo es de calidad, está bien hecho».

Ángel Fernández Baltasar tiene 20 años. Ha estudiado un módulo medio de informática, redes y páginas web y actualmente realiza un curso de documentación. «Me gustaría trabajar de programador de videojuegos. Me gusta compartir mis aficiones con otras personas, hacer reír a la gente y compartir mis ideas. Todavía no he empezado a trabajar pero en encantaría poder programar».

Miguel Caballero tiene 18 años y también es aficionado a la informática, pero se inclina por la ciberseguridad. Es autodidacta y tiene estudios de ESO. «Una empresa necesita seguridad, evitar el ataque de los hackers. Yo puedo hacer ese trabajo. sería un buen candidato porque soy muy constante; hasta que no encuentro la solución no paro».

Diego Mateos tiene 19 años. Ha estudiado FP básica en mecánica, su pasión. «Me gusta el mundo del motor de coches y de maquinaria industrial, como los tractores y las cosechadoras. Vivo en San Román de los Oteros y estoy acostumbrado a la ganadería y la agricultura. Mi padre trabaja en el campo y yo le ayudo, sobre todo con los animales y la huerta.». Diego está a la espera de que le llamen para presentarse a la segunda convocatoria del examen práctico del carné de conducir. «Saqué el teórico a la primera y estoy deseando aprobar el práctico cuanto antes».

El centro organiza también distintos talleres destinados a personas con autismo con necesidades especiales de apoyo.

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