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La tradición popular saca la cabeza en la era covid

La Vega del Esla libra del confinamiento a su patrona... sin romería

Las romerías de la primavera siguen en suspenso por la pandemia. Algunas tallas de gran devoción popular como la Virgen de la Vega en Cimanes, ya han vuelto a visitar su santuario tras el año del covid.

León

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Las manos de una mujer retiran el manto bordado de la Virgen de la Vega después de la misa por los difuntos de la cofradía. Es el lunes, el día después de la romería que no fue por segundo año a causa del covid y la Virgen se despoja de sus galas para regresar desde el santuario a su otra casa, la iglesia de Cimanes de la Vega.

La tela bordada con hilos dorados, verdes y rosas se va retirando poco a poco y deja al descubierto una talla gótica de la Virgen y el niño. Es la joya venerada de la vega del Esla, en su margen derecha. Una talla inconfundible porque tanto la madre como el niño llevan un canto rodado en una mano.

La devoción mariana de la Vega del Esla se vincula a la cruenta batalla de Mato, datada en el año 812. Cuenta la tradición que la Virgen, tomando piedras en su regazo, se dejó ver claramente disparándolas a los enemigos de los cristianos, los soldados del ejército sarraceno que había atravesado Benavente como un paseo.

La tarde amenaza tormenta entre los chopos centenarios del santuario. Pero no llega la piedra blanca que cae aguas arriba del Esla a Cimanes de la Vega. Unos repentinos rayos de sol alumbran el regreso de la talla. El día después del segundo domingo de mayo, como manda la tradición, se da por terminada la celebración de la Virgen de la Vega. Once días con nueve del novenario y la romería que no fue por segundo año por culpa del covid.

Exvotos y cintas de los quintos en el santuario de la Virgen de la Vega. GAITERO

Las patrona de la Vega del Esla ya ha asomado la cabeza... aún sin romería. Días atrás, el día San Marcos, 25 de abril, también salió de su casa la Virgen del Puente de Sahagún para pasar el día en la iglesia de San Lorenzo, sin procesión ni romería. Fue la primera en salir en la provincia en el ciclo festivo popular de la primavera. «No se podía. No hubo procesión ni romería. Vino un grupo folclrórico», comentan en el Ayuntamiento de Sahagún. No se repartió el tradicional pan y queso de San Marcos y se supone que la gente comió los caracoles y bebió limonada en familia en lugar de en la pradera.

El primer domingo de mayo se celebra desde hace nueve siglos la romería de Valdorria, una rogativa en honor a San Froilán con nueve siglos de tradición en la comarca del Curueño. En Valdepiélago tendrán que esperar al año que viene para llevar a andas a San Froilán hasta Valdorria. El alcalde, Julio González, teme que los dos años de reclusión dañen la tradición. «Se pierden las costumbres, la devoción y la gente se hace más mayor», lamenta.

La Santa Cruz de Valderas, que se celebra el 3 de mayo desde tiempo inmemorial, tuvo este año su recuerdo con unos pasacalles de música tradicional en las plazas principales de la villa del Cea. La Pastorica no bajó a la ermita del Otero para ser recogida el lunes de Pentecostés (24 de mayo este año). Vive su segundo año de clausura a causa del covid y no habrá pan y queso en el Otero. Las avellanas típicas de la Santa Cruz

A la Virgen de la Vega le mandaron ramos de flores los ayuntamientos del voto —Benavente, San Cristóbal de Entreviñas, Santa Colomba de las Carabias, Matilla de Arzón, Bariones, Villafer, Villaquejida y Villamandos— y muchas personas devotas que se lo habían ofrecido en gratitud por algún favor. Las cofrades se vistieron con el traje tradicional y la Virgen lució sus mejores galas el segundo domingo de mayo.

«La devoción a la Virgen no se ha visto afectada por el covid, ya que aunque ha venido menos gente nos han hecho llegar donativos, ramos de flores y sobre todo nos llamó la atención el aumento considerable del aumento de velas», comentan Ausencia Cadenas y María del Mar Huerga, abadesa y vocal de la cofradía de la Virgen de la Vega.

«La tradición de venir los pueblos en romería va a costar recuperarla... tendrían que apoyarla un poco los ayuntamientos», señala la más joven, que lo mismo limpia la iglesia que labra el campo con su marido y cose su traje regional y los de sus hijas.

En Cimanes de la Vega confían en que la aceleración de la vacunación haga su efecto para celebrar las fiestas de agosto y septiembre, en la que ofrecen los productos de sus tierras regadas por el Esla, donde el río se ensancha y forma una gran vega de la que se benefician pueblos de León y de Zamora, igual que de la devoción por la Virgen.

Cimanes de la Vega, «el pueblo más industrial desde Benavente a León», asegura la abadesa, es el que más apego tiene al santuario, que se ubica en sus tierras, lindando con el vecino pueblo de Bariones y no lejos de Lordemanos, el último pueblo de León en la margen derecha del Esla.

La cofradía de la Virgen de laVega es la mantenedora del santuario y la tradición. Y son los cofrades, especialmente las mujeres, quienes se ocupan desde la limpieza hasta mantener el ritual. Este año, aún sin romería ni procesión, sacaron la talla de la Virgen de la iglesia de Cimanes de la Vega envuelta en unos paños, la llevaron al santuario y la vistieron con el manto bordado de gala. Presidió el novenario, la fiesta mayor y la misa de difuntos, con la que se cierra el festejo al día siguiente de la romería del segundo domingo de mayo.

Anuncia Cadenas y María del Mar Huerga. GAITERO

La primera ermita, levantada sobre una villa romana, se remonta al siglo IX. El actual santuario es de factura románica como se observa en sus cimientos y parte de sus muros —siglo X— y en el siglo XIII sufrió una importante reforma. En el siglo XIV se adosó al cuerpo de la iglesia el pórtico de entrada y en el siglo XVI se produjo la última ampliación. El interior del templo sorprende por su espléndida bóveda y por los exvotos que, junto a las cintas de los quintos, cuelgan de uno de los muros blanqueados.

«Sólo el Ayuntamiento de Cimanes de la Vega contribuye al sostenimiento del santuario, antaño lo hacían todos los demás», lamentan las cofrades que pagan euro a euro, con donaciones y cuotas, la restauración de las tablas del retablo que cuenta la vida de la Virgen y se atribuye a la escuela de Berruguete.

Las mujeres que recogen el ajuar de la Virgen y cierran el templo cuentan que como la cofradía y el pueblo pagan, cofrades y vecinos han de gobernar y usufructuar el santuario como Dios manda por encima, en alguna ocasión, de la voz de mando de alguna sotana.

La Virgen de la Vega ya está de vuelta en casa y San Isidro labrador, que está a la vuelta de la esquina, tendrá que arreglárselas un año más para bendecir los campos desde la iglesia. No le faltarán espigas para que haga su labor. El santo patrón de los agricultores aún sostiene las que le pusieron el año pasado, pero seguirá confinado.