Ni la pandemia detiene la lid de Villadangos

Dice el alcalde de Villadangos del Páramo, Alejandro Barrera, que el municipio lleva conmemorando la batalla que lleva su nombre desde 1999. Incluso el año pasado, en plena pandemia, muchos vecinos celebraron la cena medieval en sus casas para no perder la tradición. En esta ocasión, el regidor asegura que la que ya será la vigésimo tercera edición de la batalla de Villadangos trasladará una vez más a la localidad hasta la Edad Media los días 7 y 8 de agosto. «A pesar de que será una sencilla conmemoración, apostando por la cultura segura, y lejos de las grandes aglomeraciones y actuaciones que son habituales en esta feria, la fiesta mantendrá su esencia», confirma el regidor. Este año, las actividades que se llevarán a cabo para la conmemoración de la Batalla, se realizarán en recintos abiertos y vallados, con control de aforos, y con las medidas necesarias. «De esta forma, mantendremos nuestra apuesta por una cultura segura, a la vez que ayudamos a ganar la batalla al virus». La batalla de Villadangos se inscribe en un momento convulso para León. La llegada del siglo XII fue complicada para el Reino, que a punto estuvo de perder su independencia. A las afueras de la villa, en el otoño del año 1111, se enfrentaron en cruel batalla los partidarios de la Reina Urraca de León y las huestes del Rey Alfonso de Aragón, apodado ‘el batallador’ y a su vez esposo de la Doña Urraca. Entre los leales a León, al frente de una pequeña comitiva de gallegos y leoneses, se encontraba el Obispo de Santiago, Don Diego Gelmírez, y el Infante Alfonso Raimundez, hijo de Doña Urraca, y legítimo heredero del Reino de León. Los ejércitos aragoneses, mucho mayores en número, los acaudillaba el propio Batallador en persona. El aragonés, padrastro del pequeño Infante se encontraba a punto de conseguir para sí el control completo sobre León, uno de los Reinos más poderosos de la cristiandad en aquellos momentos. Solo necesitaba eliminar del mapa al hijo de la Reina Urraca, sobre el que descansaban las esperanzas de salvación del Imperio Leonés, que reunía bajo una misma corona a León, Toledo, Galicia, Castilla y Portugal.

Tan sangrienta fue esa batalla, que más de novecientos años después, el lugar en el que acaeció ha mantenido el nombre de La Matanza como testimonio de lo supuso para los habitantes de la villa.

Actividades

La Batalla de Villadangos es una conjunción de historia, artesanía, cultura, gastronomía y ocio. Un ejemplo es el mercado medieval congrega cada año a miles de visitantes que se acercan a la villa para degustar y adquirir todo tipo de productos artesanales, e invita a trasladarse al antiguo Reino de León con las actividades que se van a desarrollar a lo largo del todo el fin de semana y la ambientación del entorno. Entre los puestos no faltan las tabernas para saciar la sed de los visitantes, así como numerosos talleres de los oficios artesanales, como la alfarería, la cantería o la industria textil. Para esta edición, se verá ampliada la zona destina al mercado hasta llegar a un amplio terreno donde se ubicará uno de los Campamentos Medievales a cargo de los Caballeros de Úlber. En él se pueden ver talleres de fabricación de cota de malla, de escritura e iluminación medieval, y la fragua de los templarios. También cuenta con un campo de entrenamiento de tiro con arco y de exposición de armamento medieval, así como exposición y exhibiciones de cetrería.

Los tres actos centrales de La Batalla de Villadangos son, la recreación de la batalla y el acto de conecisión del pendón concejil, que se suele realizar durante la mañana del sábado, así como la gran representación teatral sobre la vida y corte del Reino de León el domingo por la tarde.

A todo ellos hay que sumar torneos a caballo, la cena medieval, los cortejos de la villa, bailes medievales, conciertos, misa medieval, desfile de pendones y muchas más actividades.