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El obispo leonés Nicolás Castellanos es promovido para el Nobel de la Paz

Nicolás Castellanos en León en 2016. RAMIRO

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EFE

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Una campaña desde España y Bolivia impulsa la candidatura al premio Nobel de la Paz del agustino leonés Nicolás Castellanos, que renunció hace tres décadas a la diócesis de Palencia para trabajar por los más pobres en la ciudad boliviana de Santa Cruz.

La postulación de Castellanos (Mansilla del Páramo. 1935) es promovida por la Fundación Hombres Nuevos, con sede en Palencia, y también se impulsa en Bolivia desde el Proyecto Hombres Nuevos (PHN) «por toda la trayectoria» del sacerdote por los pobres, explicó a Efe la secretaria general de esta última entidad, Fabiola Salazar.

«Es una larga trayectoria de la cual estamos orgullosos y creemos que sería un merecido premio para él, para la obra y especialmente para los pobres que él admira y quiere tanto», manifestó. Castellanos fue nombrado obispo de Palencia y, «por su filosofía, por su pensamiento, ha dejado eso para vivir el Evangelio en Bolivia en la zona del Plan 3.000», una de las más deprimidas de Santa Cruz, la mayor ciudad boliviana, recordó Salazar.

«No muchos hacen eso, renunciar a un cargo tan importante y a tener privilegios para poderse adentrar a vivir con los pobres y hacer tanto por ellos, darnos tantas oportunidades, brindarnos tantas cosas a mucha gente, especialmente del Plan 3.000, pero se ha beneficiado toda Bolivia con becas, comedores, hogares para niños, colegios», remarcó. Más de un centenar de escuelas se han construido en el país por impulso de Castellanos, quien también «ha trabajado por la justicia, la libertad y los derechos humanos», destacó Salazar, beneficiada con una beca que le permitió cursar estudios superiores en España y retornar a Bolivia para «seguir trabajando» por el proyecto. El proyecto también desarrolla programas culturales con una escuela de teatro en el Plan 3.000 y una orquesta sinfónica que en 2017 ofreció un concierto al papa Francisco, entre otros.

Nacido en 1935 en una familia de labradores de Mansilla del Páramo, Castellanos fue obispo de Palencia durante 13 años, hasta 1991, cuando abandonó esta diócesis para dedicarse a la labor misionera en Bolivia.

Después de que el papa Juan Pablo II aceptase su renuncia, el sacerdote se estableció en 1992 en el Plan 3.000, llamado así porque acogió a ese número de familias que se habían quedado sin casa por una crecida en 1983 del río Piraí, que bordea Santa Cruz.

El Plan tiene ya centenares de miles de habitantes, y aunque Santa Cruz sea la región más próspera de Bolivia, esa zona en particular es una de las más necesitadas, por lo cual Castellanos fundó el Proyecto Hombres Nuevos con los pilares de la educación, cultura, salud, vivienda y promoción social.

Entre 1991 y 2020 ha recibido más de medio centenar de distinciones en España y Bolivia, entre ellas el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1998. Desde hace algunas semanas, la Fundación y el PHN están en campaña para sumar apoyos a la candidatura del sacerdote al Nobel y han pedido que la gente envíe cartas de adhesión a la misma.