Estudio
Placenta para combatir el covid
Un estudio pionero del Caule prueba con éxito el efecto de las células madre en críticos
La vida contra la muerte. Las células que alimentaron y protegieron a un bebé durante nueve meses para luchar contra un virus desconocido. En medio del tsunami sanitario de la pandemia del covid-19, que ponía a prueba la capacidad asistencial de los hospitales con el personal sanitario trabajando a brazo partido y doblando turnos para atender la avalancha de pacientes, empezaron las primeras investigaciones para buscar recursos terapéuticos frente al virus.
El servicio de Inmunología Clínica y el servicio Medicina Interna del Hospital de León pusieron en marcha en las primeras semanas de la pandemia un estudio para evaluar si la capacidad inmunomoduladora de las células mesenquimales de placenta podían actuar sobre la respuesta inflamatoria de pacientes con covid-19 en situación crítica o severa para aminorar sus efectos.
Se trata de una investigación experimental ‘in-vitro’ que estudió en el laboratorio muestras de 20 pacientes ingresados durante la primera ola de la covid-19 en el Hospital de León. El servicio de Medicina Interna se ocupó de la selección de las personas que podían cumplir los requisitos y de recoger los datos clínicos de gravedad y analíticas relacionadas con la covid-19. «Estamos muy agradecidas por la colaboración de los leoneses, a todas las personas que llamamos dijeron que si y también a la donante de la placenta», apuntan Judith Montánchez, médica residente del cuarto año en el servicio de Inmunología Clínica, y Paula Dios Diez, facultativa de Medicina Interna, que han estado al frente del pionero estudio.
Encontrar un tratamiento específico para pacientes graves fue el motor de la investigación. «No hay un tratamiento específico para pacientes críticos que llegan a la UCI, solo algunos ensayos clínicos con anticuerpos monoclonales. En relación con las células mesenquimales, existen ensayos clínicos para tratar el síndrome de distrés respiratorio adulto, y otros estudios relacionados a enfermedades autoinmunes e infección del virus influenza. Los ensayos clínicos con resultados interesantes que demuestran la seguridad de las células mesenquimales pueden disminuir la mortalidad de los pacientes», explica Judith Montánchez.
El laboratorio de Inmunología del Caule fue el campo de operaciones de la investigación con células madre de placenta. MARCIANO PÉREZ
La placenta tuvo que someterse a un procedimiento que dura unos dos meses, según los criterios que exige la Sociedad Internacional de Investigación de Células Madre. «Tienen que tener marcadores celulares positivos y negativos, que sean capaces de diferenciarse y adherirse al plástico», explica la investigadora principal del proyecto.
La investigación se centra a partir de ese momento en observar si los linfocitos de los pacientes tienenrespuesta frente al virus. «El virus tiene unas proteínas llamadas S, N y M que son las que tienen que ver con esa respuesta», apunta.
El resultado fue alentador. «El 100% generaron respuesta celular. Producían proteínas inflamatorias como las que se generan durante la enfermedad, causantes de la neumonía», señalan. Entonces no se tenía el conocimiento que se tiene ahora del virus ni la certeza de que esa respuesta celular —Memoria de linfocitos T— dura entre seis meses a un año.
Para saberlo utilizaron muestras de sangre en las que aislaron los linfocitos de los pacientes. En el laboratorio se observó que estos linfocitos respondían. Una vez que teníamos el patrón del paciente agregamos las células madre mesenquimales y se co-cultivó y se volvieron a testar las proteínas que causan la inflamación», apunta la investigadora. En este punto es cuando observaron que las células mesenquimales, con su capacidad inmunomoduladora, disminuían las quimioquinas y citoquinas relacionadas con la respuesta celular grave a la enfermedad.
Judith Montánchez explica que «hay diferentes tipos de tejidos para aislar las células mesenquimales de la placenta, nosotros utilizamos el corion, y hay que estimularlas previamente para que tengan un efecto inmunomodulador». En este proceso es necesario utilizar reactivos que facilitan ese crecimiento. En la investigación llevada a cabo en el Caule se usaron reactivos purificados, libres de sueros bovinos, puesto que la FDA ha advertido sobre posibles reacciones.
«Lo importante de la parte experimental es proveer información del proceso de las células para buscar la más apta y que tenga efecto en las proteínas inflamatorias» que produce la covid-19 en el organismo humano. El diseño de la metodología y la búsqueda de financiación ocuparon los meses de mayo y junio.
Finalmente, el proyecto que plantearon fue seleccionada por la Gerencia Regional de Salud entre los proyectos de investigación financiados con fondos COVID, junto con otros de Oncología, Inmunología y Medicina de Familia. El proyecto también fue aprobado por el comité de Bioética del Hospital de León.
«Lo más costoso son los reactivos», señalan. Una vez conseguidos se pudieron tener las células para el mes de septiembre, gracias a la colaboración de laboratorio de Inmunología y la implicación del jefe del servicio, José María García Ruiz de Morales.
El estudio ya se ha presentado en forma de comunicación en el Congreso de Inmunología de España y del Focis (Federación de Sociedades de Inmunología Clínica) y las investigadoras preparan un paper para una publicación en revista científica. La lástima es que el ensayo clínico para probar en pacientes el efecto de las células mesenquimales sobre pacientes graves no se ha podido llevar a cabo en el Hospital de León porque no reúne las condiciones necesarias del nivel de bioseguridad.