Los euros que permiten moverse a León

Hay dos pilares esenciales para sujetar la obra pública en la provincia de León, después de un año de ataque desatado de la pandemia, que ha obligado a ajustar, frenar y soltar el presupuesto, según el capricho del virus y las medidas sociales para detenerlo; de ahí el tobogán que dibuja la curva inversora, según se trate de intención, proyecto, licitación y ejecución. Dos pilares: uno de grandes titulares y acometidas, con las obras mayúsculas de fondo, que en general sujeta la administración central y, en menor medida la de la autonomía; y otra, con la Diputación de mecenas, que reparte inversión por todos los rincones de la provincia leonesa. Esta institución lideró en el último año con claridad la inversión, con más de 70 millones de euros destinadas a pequeñas obras en los pueblos leoneses. La suma de ellas es el cuerpo. Luego, están la obras del AVE en la variante de Pajares, que movilizaron el año pasado 48,9 millones del Ministerio de Transportes, y la transformación en regadío del sector diecisiete en la nomenclatura ministerial, de Payuelos, con otros 35,7 millones de euros cargados a la consejería de Agricultura, amortiguaron el impacto que tuvo la pandemia sobre la licitación pública, que se desplomó en todas las provincias de la comunidad a lo largo de 2020, excepto en León, donde se disparó un 41,3%, hasta los 199,4 millones (58,3 más), aunque esa tendencia no se ha mantenido en el primer trimestre de 2021.

La Junta movilizó 85 millones licitados, frente a los 25,5 de 2019. Supone un crecimiento del 233,1%, según los datos facilitados por la Cámara de Contratistas de la autonomía. También incrementó la partida el Gobierno, hasta los 83,9 millones, 19,6 más que en los mismos doce meses de 2019. No ocurrió lo mismo en las entidades locales. Los ayuntamientos licitaron solo 30,5 millones el ejercicio anterior, casi 21 millones menos que en 2019, aunque entre enero y abril de este año ha sido la administración que más dinero ha dedicado a edificación y obra pública, con el 59% del total. Entre las actuaciones más relevantes, además de la integración ferroviaria o los regadíos, que absorben 120 millones (el Canal del Páramo se llevó otros 35,5), destacan los 13,2 millones que licitó la Consejería de Fomento y Medio Ambiente para conservar carretera o los 6,8 millones, también de la Junta, que se fueron a la mejora del firme entre Villadangos del Páramo y Valcavado.

Otra obra importante, desbloqueada en 2020, fue la construcción del centro de salud de El Ejido, que arrastra varios años de retraso. Cuenta con un presupuesto de 4,8 millones, que saldrán de la Gerencia de Salud.

La agitación inversora, la fiebre de obra, decayó en el primer trimestre de 2021, en el que apenas se licitaron 44,4 millones de euros entre todas las administraciones. Es un 35,1% menos en relación a esos mismos tres meses de 2020, libres de covid. Llama la atención que en ese periodo el Gobierno solo ha puesto en marcha 33 actuaciones con un presupuesto, antes de la adjudicación, de únicamente dos millones de euros, frente a los 16,3 que anota el Ejecutivo autonómico o los 26,1 de los ayuntamientos. En este caso, la actuación que más volumen de dinero acapara lleva la firma del consistorio de la capital, que lanzó por 20,9 millones el contrato del servicio de mantenimiento, reparación y reposición del viario público. Igualmente sobresale la construcción del nuevo Conservatorio Profesional de Música, en una parcela de San Mamés, con 8,4 millones, y la reforma del edificio del centro de salud de Pinilla, que dispone de otros 2,9 millones. Algo más de un millón irá para la implantación de dos nuevas unidades de convivencia en la residencia de Armunia.

La Diputación de León también avanzó en su papel de principal administración revitalizadora de la licitación de obra pública en la provincia, con casi setenta millones de euros movilizados durante el último ejercicio en presupuestos para acometer intervenciones en distintos programas de inversión.

La preeminente posición inversora de la institución provincial destaca frente a las otras dos administraciones que en los últimos ejercicios presupuestarios lideraron la posición pública en el refuerzo de mejora y construcción de nuevas infraestructuras, y se mantiene pese al contratiempo que ha supuesto la intervención de la pandemia, para congelar, aplazar o suspender actuaciones previstas o planificadas con anterioridad. No es el caso del ejecutivo provincial, que con el movimiento en torno a los planes de obras, los provinciales, las juntas vecinales y carreteras compensa la oportunidad de trabajo y actividad para el sector de construcción y obra pública, limitado por los recortes en las administraciones central o autonómica.

La Diputación de León gestiona intervenciones que suponen cerca de cincuenta millones de euros en el ámbito de las obras consignadas en el plan de ayuntamientos y juntas vecinales; a los que hay que sumar otros casi veinte millones en el plan de carreteras, para arreglo o mejora y renovación de la red provincial amparada en sus competencias.

La aportación que sale de las arcas provinciales con destino a obras supera lo consignado por la administración central para las obras del ferrocarril de la alta velocidad que se ejecutan en este mismo ejercicio; la intervención en torno a las vías fue uno de los principales motores de la obra pública en León en la última década, a pesar de la irregularidad del proceso de la intervención en torno al AVE. La alta velocidad fue la gran panacea para la licitación en León, y troqueló la realidad de los números; un poco inflada.