El sector gira de nuevo los ojos hacia el alfoz
La pandemia dispara el regreso a los pueblos en busca de aire con unifamiliares y reformas
Nadie sueña ya con las 3.000 viviendas que se llegaron a levantar anualmente a las puertas de la capital y que dieron un vuelco a los censos de San Andrés del Rabanedo, Villaquilambre, Sariegos y Valverde, principalmente. Pero tras doce años de vacas flacas, el sector vuelve a girar los ojos hacia el área metropolitana leonesa como confirman los datos de concesión de nuevos permisos de esos cuatro municipios. Villaquilambre habla de «un cambio de tendencia», al registrar en lo que va de año trece solicitudes de licencia de obra mayor, que se suman a las dos de bloque de pisos para 50 viviendas del año pasado tras una larga sequía.
En San Andrés, el pleno abordó el pasado mes de abril el desarrollo de un nuevo sector, el 16, pendiente de que el promotor presente un proyecto para adosados. En los dos años anteriores concedió doce licencias de unifamiliares y siete de reforma, una de ellas para un bloque de pisos.
Valverde de la Virgen también nota «un importante cambio» en materia de construcción que lleva a decir al concejal de Urbanismo, Néstor Santos, que el sector «está en el mejor momento» desde hace doce años. También constata que la pandemia aceleró el gusto por regresar a los pueblos y por edificar «más de lo pensábamos» como demuestran las 200 licencias otorgadas por este ayuntamiento el año pasado para unifamiliares y reformas y las 120 que han expedido en lo que va de año.
En la misma línea, Sariegos avala «el despegue» de la construcción, con proyectos en marcha sobre todo en Azadinos y Sariegos pueblo, y un aluviñonde peticiones de reforma y nuevas viviendas. Lo atribuyen a «la calidad de vida» que ofrece el municipio, con numerosas «actividades culturales, sociales y deportivas», además de rutas verdes y naturaleza, un bien muy preciado tras el largo estado de alarma. Incluso se han desbloqueado proyectos ambiciosos como el del Cueto del Moro de 500 viviendas. Toda una franja de casi dos kilómetros y 250 metros de profundidad en la falda del monte de Carbajal. Sariegos simboliza la cara y la cruz de la expansión urbanística. El Ayuntamiento apostó por desarrollar suelo y alcanzar los 5.000 habitantes, que consiguió en 2018, pero se encontró en pleno parón de la construcción con 1,4 millones de metros cuadrados listos y autorizados para construir en ellos tras actualizar sus normas. Un suelo que ahora vuelve a ser tentador..