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León

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c Nuria Gómez Villafañe escribe sobre la atención sanitaria: « Queridos lectores y queridos dirigentes de Sanidad de León, por decir algo a los segundos. Me presento, soy familiar de una paciente que está en la planta de cuidados paliativos oncológica del hospital Monte San Isidro de León. Les voy a descubrir un mundo que no sé si conocen, un espacio cerca de todos pero que muchas veces no queremos ver, bien por miedo o bien por respeto. Es el mundo de la palabra ¡cáncer!, todavía tabú en nuestra sociedad, en todas sus variantes y caras posibles. A ella le acompañan de la mano otras como días contados, sufrimiento, desequilibrio familiar y personal, infinitas citas médicas y tratamientos interminables. Pero a pesar de este mundo de color negro y ambiente triste nuestros ojos se abren a otros colores porque la lucha sin tregua, las batallas ganadas, las sonrisas impagables, la esperanza rebelde y los momentos mágicos del día a día también tienen cabida en la oscuridad.

En este lugar en el que el ‘mañana’ no sabemos si existirá, se vive al máximo y en sus pasillos y habitaciones se respira un ambiente cargadito de valores en forma de dignidad, humanidad y amor por los demás. Y no me puedo olvidar de algo tan preciado como ‘la paz’ que se respira y que perdimos hace un tiempo cuando las palabras de la desesperanza llegaban a nosotros sin quererlo.

Queridos dirigentes de nuevo, no sé si conocen este mundo, aunque todo me indica que no, ¿ y las personas que trabajan en él? Pues parece que tampoco. Son sanitarios y personal que desde luego no se merecen ustedes, los que ordenan y mandan, profesionales que aman su trabajo y que nos cuidan en todos los sentidos pero qué triste es darse cuenta, que no tienen unos ‘superiores’ a su altura porque desconocen esta realidad, pero toman la decisión de enviarnos a otros centros de cualquier manera.

Señores, tengan claro que los pacientes de esta planta son vulnerables, delicados y poco rentables pero no son marionetas en manos de un sistema que en ocasiones carece de toda sensibilidad y se olvida de su verdadero cometido. Desconozco si durante su educación o su carrera profesional descubrieron el valor de la palabra ‘valor’ y el sentido de la vida, pero si se dan un paseo por aquí en algún momento quizás aprendan cosas realmente valiosas. Aquí no tiene cabida tanta burocracia, números y estadísticas aquí hay personas que construyeron su vida y que un día eran fuertes, alegres, creativas y protectoras de los suyos. Gente que merece ser tenida en cuenta y sino aquí estamos los familiares para ser su cara visible.

En definitiva, todos estos aspectos que he intentado transmitir y que les lleguen a ustedes no necesitan estar registrados en papeles oficiales, informes o análisis de ningún tipo, donde están registrados es en el corazón. Pero de eso, ‘queridos dirigentes’, creo firmemente que siguen sin saber nada».

c Guillermo del Pino Manzano titula su carta ‘Valladolid nos roba’: «Nunca he comprendido el odio y la inquina por parte de algunos leoneses hacia la ciudad de Valladolid.

Valladolid (que no fachadolid) es una ciudad más, de la región castellano leonesa, cuya población (mayormente trabajadores de la industria y del sector servicios) se dedica a laborar y solucionar sus problemas en el día a día, que no es poco.

Los leoneses partidarios de la segregación de León, deben requerir a sus políticos, a buscar los cauces legales para iniciar ese camino, si es que encuentran apoyos y mayoría suficiente para lograrlo. Pero, por favor, dejen a Valladolid y a sus ciudadanos en paz.

Creo que en vez de mirarse tanto el ombligo y manosear en exceso los oropeles históricos de León, deberían conminar a la clase política y a la clase empresarial leonesa, que se impliquen más en crear tejido industrial y comercial, pues el pasado histórico de León, por muy importante, glorioso e ilustre que sin duda ha sido, no genera prosperidad, ya que agua pasada no mueve molino.

Por último apuntar tres cosas: Las principales industrias ubicadas en Valladolid, como Renault, Michelin, Iveco (antes Pegaso), Mapfre, Fundiciones especiales, las antiguas fábricas Endesa y Nicas, ya desaparecidas, todas se crearon antes de la llegada de la democracia y por tanto no existía la Junta de Castilla y León.

En Valladolid residen miles de leoneses que viven con sus familias del trabajo que desarrollan.

He oído en muchas ocasiones las expresiones de ‘Valladolid nos roba’ y otras lindezas. He mirado por curiosidad la distribución provincial de los presupuestos generales de C y L de 2021; a León le ha correspondido 1.289.749.862 euros y a Valladolid 1.255.378.124 euros. Yo no veo que Valladolid haya robado nada a León».

¿Cree que la situación actual del ritmo de contagios obliga a adoptar medidas más restrictivas?

SÍ 68%

NO 32%

Confía en que todas las instituciones

harán efectivo su compromiso «firme» para conseguir el Ponfeblino?